Madresfera Magazine 04- Mayo 2016 | Page 74

[ CULTURETA ] explica que “ hay que acceder a la universidad y estudiar los cuatro años del Grado de Enfermería . Una vez tituladas , se preparan un examen tipo oposición de carácter estatal para acceder a una plaza de enfermera interna residente ( EIR ) y cursar 2 años más de especialidad ”. Sólo un 2 % de quienes se presentan a ese examen obtienen plaza para formarse como enfermeras especialistas obstétrico ginecológicas ( matronas ).
Pero , ¿ qué hace una matrona que no haga un obstetra o ginecólogo ? Inma nos responde : “ Las matronas hacemos lo más importante que tiene que hacer un profesional que acompaña un parto : acompañar , estar al lado de la mujer , ofrecer apoyo emocional , físico y dar seguridad y confianza , y vigilar que no aparezcan signos de peligro ni para madre ni para hijo . O sea , sentarse cerca y esperar . La obstetricia viene de la palabra latina Obstare : estar en la espera ”. Y nos advierte de que “ los médicos no están formados para sentarse a esperar ya que están especializados en patología , no en normalidad ”.
Matrona , una profesión que existe desde el origen de los tiempos
El papel que cumplen las comadronas a lo largo de la historia ha sufrido diversos cambios , siempre relacionados con la percepción que se tiene de ellas en diferentes periodos políticos o económicos , y que varía en función del país en el que nos encontremos . Sin embargo , es incuestionable que los seres humanos necesitamos cuidados que otras especies mamíferas no necesitan . “ La profesión es tan antigua como la misma humanidad ya que siempre que ha sido posible hemos parido y nacido en compañía ”, nos
explica Cira Crespo , historiadora especialista en temas de maternidad , que insiste en que “ algunas de esas acompañantes debieron ser más mañosas y sensitivas y acabaron convirtiéndose en expertas ”. Habla Cira en femenino porque la de matrona ha sido históricamente una labor femenina , “ no encontrando referencias antiguas de hombres recibiendo la vida en ningún lugar ni momento histórico ”. La explicación a esa necesidad de compañía nos la da Inma Marcos : “ En el parto humano el tamaño de la cabeza del bebé intrauterino que nace respecto al tamaño de la pelvis está muy ajustado , tanto como el tornillo a una tuerca . Este fenómeno hace que los partos humanos necesiten más atención y cuidados , por ello siempre hemos existido las comadronas ”.
Nos dice Cira Crespo que en nuestra historia reciente ( siglos XVII al XX ), se ha ido quitando poco a poco importancia a la profesión . No será hasta el momento actual , en pleno siglo XXI , cuando se comience a buscar de nuevo devolverles el protagonismo que merecen en la sala de partos ; un cambio que , como bien apunta la historiadora , viene de la mano del “ intento de hacer un parto más humano ”. Imposible no nombrar aquí a la estadounidense Ina May Gaskin , “ referente del movimiento por la humanización de los partos y el parto en casa , que empezó en ese continente en la década de los 70 y cuya filosofía ha llegado a nuestro país hace relativamente poco ”, nos recuerda Cira . “ Toda la evidencia científica actual corrobora que los partos en casa , cuando son de bajo riesgo y son atendidos por comadronas cualificadas que llevan equipo adecuado para ello , son igual de seguros que los partos atendidos en un hospital ”. Así
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