Madresfera Magazine 04- Mayo 2016 | Page 16

[ EL POST DEL MES ] “Durante el embarazo te cuidan como una figura de porcelana porque gestas una vida pero en el momento en el que nace tu bebé pasas a un segundo plano para todo el mundo” un sueño hecho realidad, siempre quise ser madre de familia numerosa y me imagino dentro de muchos años sentada a la mesa con una gran familia y ese pensamiento me llena mucho. Ser madre es el proyecto más duro, más arriesgado y más gratificante que he podido emprender, pero sin duda el mejor regalo de la maternidad ha sido dar a luz. Parir a mis hijos es el mayor regalo de la maternidad, con todo lo que conlleva, el mayor dolor que he sentido en mi vida, volvería a parir porque es una experiencia tan brutal como maravillosa. De hecho si me preguntas que es lo que mejor sé hacer, te contestaría que parir. Y no hay nada que supere eso. Dices que lo que nadie comprende es que el problema no es tener tres hijos sino que tu marido se vea obligado a estar fuera tanto tiempo por trabajo. ¿Existe la conciliación o en realidad “son los padres”? La conciliación es, a mi parecer, la mayor mentira jamás contada. Nuestro caso es muy particular porque mi marido fue despedido el día que nació mi hija mayor hace casi 5 años y hasta hace unos meses no ha logrado volver a trabajar de manera más o menos continua (y aún así las condiciones laborales dejan mucho que desear), por lo que ha aceptado lo que le ha venido a pesar de que eso le suponga estar fuera de casa, a cientos de kilómetros, viendo a sus hijos con suerte dos días al mes. No pudo acompañarme en el nacimiento de nuestro tercer bebé, casi no lo está viendo crecer y sé que para él es muy duro. Pero claro, cuando es eso o no trabajar, ni siquiera piensas en la conciliación. Yo perdí mi empleo porque mi empresa cerró tras un ERE al poco de reincorporarme de la baja maternal de mi hija y, a pesar de que dediqué unos meses a criarla, no tardé mucho en emprender mi propio negocio para intentar conciliar, cosa que hacía porque al no rendir cuentas a nadie podía disponer mi horario. 16 • mama • MAYO 2016 Pero no es oro todo lo que reluce. Para atender a mis hijos tenía que dejar de atender mi negocio, por lo que era una conciliación relativa. Un roto para un descosido. Ahora mismo, a pesar de que me gustaría trabajar porque me gusta y económicamente sería un desahogo, no puedo ni planteármelo, pues desde que me levanto hasta que me acuesto estoy yo sola para mis hijos. Al faltar su padre, trabajar fuera de casa me supondría delegar demasiado su crianza y educación en otras personas e incluso obligar a mis hijos a hacer renuncias. Y la realidad es que no compensa. No compensa porque, aunque es relativamente fácil encontrar un trabajo a media jornada, los sueldos han bajado tanto que económicamente se puede decir q