MADREPEDIA
Meconio
La palabra meconio encuentra sus
raíces en el latín meconium, cuyo
significado original, aún vigente y
reconocido por la RAE, hace
referencia “en farmacia, al jugo que
se saca de las cabezas de las
adormideras”, nombre que agrupa
a varias plantas que producen un
líquido del que se obtienen
medicamentos y drogas con gran
impacto sobre el sistema nervioso.
Véase la metadona, la morfina o la
codeína. El significado primitivo de
la palabra meconio ya aparece
documentado en los escritos del
pensador griego Aristóteles, allá
por el siglo IV a.C.
La segunda acepción del
término admitida por la RAE,
utilizada a causa de su parecido
visual con el líquido de las
adormideras, hace referencia al
“primer excremento de los niños
recién nacidos”. La primera
94
•
mama
• MARZO 2016
mención al meconio con este
significado se encuentra en los
escritos del médico griego
Hipócrates de Cos, fechados en el
siglo V a.C. Según algunas
fuentes la primera aparición del
vocablo en francés, méconium,
data de 1549 y en inglés, meconium, de 1706. En España el
término apareció por primera vez
en 1787 en el ‘Diccionario castellano con las voces de ciencias y
artes y sus correspondientes en
las tres lenguas francesa, latina e
italiana’, de Estebán de Terreros y
Pando. Su entrada en el diccionario de la RAE data de 1803.
El meconio, común a todos los
mamíferos, es un líquido verdoso
oscuro y de textura viscosa que
contiene una mezcla de secreciones
hepáticas y estomacales, así como
restos del líquido amniótico. La
medicina empezó a mostrar interés
por la presencia del meconio en el
líquido amniótico desde que
Aristóteles reflejase en un escrito la
relación entre la tinción por
meconio del líquido amniótico y un
estado de sueño fetal o de depresión neonatal del recién nacido.
A veces, por regla general cuando
los bebés están bajo estrés por no
estar recibiendo suficiente sangre y
oxígeno, estos expulsan heces
(meconio) mientras aún están
dentro del útero. El Síndrome
aspiración de meconio hace
referencia precisamente a esta
afección grave producida al haber
aspirado hacia los pulmones un
recién nacido la mezcla de meconio
y líquido amniótico. En la mayoría
de los casos, el pronóstico de la
afección, que puede causar
problemas respiratorios en los
recién nacidos, es excelente y no
hay efectos para la salud del bebé.