[ SALUD ]
percute directamente en la movilidad intrapélvica.
Todo lo que deje cicatrices va a influir negativamente sobre la musculatura, las fascias y la funcionalidad”. Silvia Garmamu, matrona del centro de maternidad Mamá mimada de Ciudad Real es de la misma
opinión y añade que “la cesárea no elimina las posibilidades de que nuestro suelo pélvico se debilite
ya que también sufrirá durante todo el embarazo y,
por tanto, no estamos exentas de encontrarnos con
problemas en el posparto”.
Factores que contribuyen a debilitar el suelo pélvico
Como todos los músculos del cuerpo humano, el
suelo pélvico se debilita principalmente por dos razones: el desuso y el tiempo. Cuando una musculatura
no se ejercita de forma habitual, el tiempo va haciendo estragos en ella, atrofiándola y debilitándola. “Al
hacer una valoración de la musculatura, lo más frecuente es encontrar que la mujer no sabe cómo contraer y relajar la musculatura, como si se hubiera perdido su capacidad de moverla a voluntad”, nos cuenta
Choni Gómez.
Además de la falta de ejercicio y del tiempo, hay
múltiples factores de riesgo que pueden empeorar la
salud de nuestro suelo pélvico: estreñimiento, obesidad, tos crónica, deportes de impacto, la práctica de
algunas profesiones (cantantes o músicos de viento),
la menopausia, el embarazo y el parto. Silvia Garmamu insiste en que “durante el embarazo el peso
que produce el útero gestante debilita poco a poco
la hamaca pélvica por lo que si la mujer no parte de
un suelo pélvico fuerte puede sufrir desde el primer
momento incontinencia de orina”. La cosa empeora
en el parto porque es un momento en el que la musculatura pélvica sufre una distensión enorme debido
a los pujos y la salida del bebé a través de la vagina.
Sin embargo, la matrona nos aclara que ese impacto
puede ser algo menor si se tienen en cuenta una serie de consideraciones:
- El pujo debería realizase durante la espiración, es
decir, mientras expulsamos el aire, este tipo de pujo es
mucho menos dañino para nuestro bebé y para nuestro suelo pélvico, ya que son más cortos y la mamá
nunca estaría en apnea.
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- Una fase de expulsivo muy larga también produce
una distensión mayor de la musculatura, produciéndose más daño en esta zona. Los partos con epidural aumentan el tiempo de dilatación y expulsivo, por tanto
sería un factor de riesgo añadido.
- La realización de episiotomía (corte en el periné)
provoca un gran impacto sobre esta musculatura, ya
que es un corte limpio que arrasa con mucosa, músculo y piel por una línea no marcada por el propio cuerpo, cosa que si ocurre con un desgarro. El desgarro
también daña el suelo pélvico pero su recuperación es
mucho más sencilla.
“Si una mujer tiene un suelo pélvico sano, consciente
y entrenado, no tiene ningún motivo para tener incontinencia tras el parto, puesto que estamos diseñadas
y preparadas para gestar y parir sin lesionarnos. Otra
cosa distinta es que el parto (o más bien el manejo
no fisiológico del parto), provoque lesiones perineales que conlleven una pérdida de función, aún teniendo un suelo pélvico sano previamente”, explica Choni
Gómez, que añade que “todas deberíamos conocer y
manejar nuestro suelo pélvico desde la infancia ya que
cuanto mayor sea el autocuidado, menor será el problema después”.
Hormonalmente hablando, el cuerpo tarda unos dos
meses en recuperar los tejidos corporales tras el parto.
“El suelo pélvico ha estado bajo la influencia de la progesterona y la relaxina, soportando un peso no habitual
y con un centro de gravedad diferente durante el embarazo”, apunta Choni. En el parto, los músculos se han
estirado para permitir el paso del bebé y necesitan un
tiempo para recuperar su posición, su tono y su capacidad por eso, desde Hebamme recomiendan hacer una
buena valoración perineal 6-8 semanas después del
parto y comprobar cómo está y qué podemos hacer.
Cómo podemos ejercitar el suelo pélvico
La prevención es siempre la opción ideal para evitar posibles problemas con la salud de nuestro suelo
pélvico. Silvia Garmamu nos explica que el trabajo
con este músculo debería comenzar no durante el
embarazo, la preparación al parto o el postparto, sino
que es una labor que debe tener su inicio en nuestra
juventud, “desde que somos conscientes de qué es el
suelo pélvico”.