tado su propio Plan Nacional
para la Prevención del Acoso Escolar, que ya está implementando como experiencia piloto.
“Nuestro plan tiene coincidencias con el plan KiVa en el tratamiento integral, pero hace dos
cosas imprescindibles que no
hace el Plan KiVa: Mide la incidencia del acoso con una herramienta psicométrica precisa (el
test TEBAE) en la pre-intervención y en la post-intervención, y
tiene, además, un curso específico de atención integral a las víctimas que llevamos desarrollando 10 años y por el que ya han
pasado más de 2.000 niños y
adolescentes con unos resultados extraordinarios”.
De esa misma opinión es Laura
Perales Bermejo, psicóloga infantil, presidenta de la Plataforma
por la Crianza con Respeto, fundadora de CrianzaAutorregulada.
com y miembro asociado de la Es.
Te.r., quien nos explica que la solución que propone KIVA no le parece la adecuada “en cuanto a que
habla de que el grupo aísle al acosador y le haga ver lo inadecuado
de su conducta”.
De esta forma, aunque reconoce
que KiVa “tiene algunas cosas muy
buenas, como el no permanecer
pasivo ante situaciones de abuso,
cosa que deberíamos hacer también los adultos (“Si nuestro cuñado propina un cachete educativo a
nuestro sobrino, no decimos nada,
pero en la misma situación pero haciéndoselo a su mujer, nuestra hermana, seguramente reaccionaríamos”), Laura opina que la solución
no es señalar al acosador: “no podemos decirle que no haga esto
mientras nosotros le pagamos con
la misma moneda, y tampoco podemos estigmatizarle por, al fin y al
cabo, hacer exactamente lo que la
sociedad le está transmitiendo que
haga, la conducta modelo a seguir”.
Para la psicóloga lo ideal sería
proteger a los acosados sin señalar al acosador, “que recordemos
que es el primer acosado”. Al fin y
al cabo se trataría de “dejar de
buscar culpables para buscar so-
Acoso escolar: Una reproducción a
pequeña escala de nuestra sociedad
“Un niño acosa a otro porque primeramente ha sido
acosado”. La psicóloga Laura Perales nos avisa de que
el acosador es la primera víctima del acoso escolar.
“Desde que los niños nacen son sometidos a multitud
de agresiones que van contra la naturaleza del ser
humano, quebrando su cuerpo y su mente, favoreciendo que vaya perdiendo su capacidad de amar, de empatizar, de defenderse legítimamente, de vivir. Son muchos
años de tensión acumulada, de injusticias. Si nos pasamos años exigiéndoles que compartan, faltándoles al
respeto, ignorando sus necesidades, castigándoles, a
veces hasta pegándoles o gritándoles, ridiculizándoles,
hablando mal de otras personas delante suyo, insultando mientras conducimos… ¿Qué pretendemos que
hagan ellos luego?”, se pregunta Laura, quien añade
que ellos se empapan del modelo de las relaciones de
poder, del dominio del más fuerte (el adulto, en este
caso), tanto en casa como en la escuela: “Es el mundo
en el que vivimos, y ellos lo reproducen”.
Por tanto, las víctimas del acoso escolar engloban a la
totalidad de los niños, independientemente de si a
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•
mama
• MARZO 2016
nuestros ojos son el acosador o el acosado. Para Laura
Perales no vale con quedarse en la superficie e intentar
solucionar el problema cuando el síntoma se manifiesta sino que “hay que actuar en la causa, en la crianza y
en la sociedad”. La prevención es siempre la mej ܂