Madresfera Magazine 03- Marzo 2016 | Page 19

[ HISTORIAS PERSONALES ] N o es fácil recibir la noticia de que tu hijo tiene Síndrome de Down (S.D). Para Loreto fue un duro golpe porque, además, recibió la noticia en el mismo momento de su nacimiento: “Me dieron la noticia tras el parto de Rodrigo y en un primer momento supuso un duro golpe porque no lo esperaba; y máxime cuando el embarazo marchó estupendamente y ninguna prueba detectó ninguna probabilidad de que el bebé tuviese Síndrome de Down. Me hice un montón de preguntas y me sentía culpable”. Sin embargo, asegura que ese revés duró poco, lo que tardó en saber que su bebé había nacido sano. “¡Era un bebé muy deseado!”. Esta granadina insiste en que el Síndrome de Down no es una enfermedad ni tampoco un adjetivo o pronombre que define a una persona, como muchos aún creen. “No existen niños “down” sino personas con Síndrome de Down”. En ese sentido, destaca que siempre es poca la información y más cuando no tienes algún familiar, amigo, conocido de cerca, pero hoy en día, y gracias a las redes sociales e internet, cree que “podemos estar informados de este tipo de cosas de forma muy fácil”. El S.D es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra o una parte de él. “El efecto que la presencia de esta alteración de un cromosoma produce en cada persona es muy variable. Tienen características comunes pero cada persona es singular en apariencia, personalidad y habilidades”, nos explica. Loreto y su entorno tratan a Rodrigo “como a cualquier niño, enseñándole y educándole” como lo hacen con su hermano Alonso, nacido en junio del año pasado y que ha convertido a Rodrigo en el hermano mayor. LA IMPORTANCIA DE LA INTEGRACIÓN Cuenta Loreto que las personas con S.D “están cada vez más integradas en la sociedad”, algo que deberíamos ver como “normal” porque “tienen las mismas necesidades que cualquier otra persona”. Son muchos los que, como ella, luchan cada día para que las personas con S.D puedan estar más presentes en todos los ámbitos de la vida y, además, “tener derecho a hacer las mismas cosas que cualquier persona, tal y como se especifica en la Convención Internacional de los Derechos de las personas con discapacidad”. No le gusta que se hable de discapacidad puesto que, opina, “todos tenemos discapacidades y capacidades y somos tan iguales como diferentes”. Resalta que en este sentido mucha gente carece de la empatía necesaria para comprenderlo: “Es muy importante ponerse en el lugar del otro para saber cómo puede sentirse una persona con S.D en determinados momentos. La integración no es ir al mismo ritmo sino entender y valorar que existen diferentes ritmos”. Rodrigo tiene las mismas necesidades que cualquier otro niño de tres años. “La atención temprana desde los primeros días de vida fue fundamental, algo que unido a una adecuada y constante formación, pueden conseguir que mi hijo alcance un alto grado de desarrollo personal y pueda desenvolverse con bastante autonomía”. Dice Loreto que desde que nació MARZO 2016 • mama • 19