Madresfera Magazine 02- Febrero 2016 | Page 33

“Conozco a muchos hombres que se sienten mal por trabajar hasta horas intempestivas, pero nunca se definen como culpables” de sus bebés porque se ven excluidas y etiquetadas como no productivas. Las que seguís con vuestra profesión porque os veis tachadas como madres que dan prioridad a su carrera por encima de sus hijos. ¿Te has sentido o te han hecho sentir culpable en algún momento? S.O: Te diría que sí. Sobre todo me han hecho sentir culpable mis hijos, cuando empezaron a verbalizar las ausencias y a compararme con otras madres que sí que van a buscar a sus hijos al cole todas las tardes, que llegan a casa pronto mientras que tú lo haces cuando ya están dormidos… Y te empiezan a preguntar por qué tú no. Te sientes culpable porque te das cuenta de que te echan en falta. Es una sensación que efectivamente es muy de las mujeres. Conozco muchos hombres que se sienten mal por trabajar hasta horas intempestivas, pero nunca se definen como culpables. La culpa viene con nosotras y yo creo que es algo que tenemos combatir nosotras mismas. Para eso no hay legislación. No concibo que un parlamento apruebe una ley por la que quede abolida la culpa (risas). Tenemos que aprender a convivir con ello y a relativizar sus efectos. maternidad, vivimos en una sociedad con mucha presencia psicológica: todo parece que va a causar un trauma a nuestros hijos, y esto se acaba cargando sobre las espaldas de las mujeres trabajadoras. M.M: ¿En qué consiste “el timo de la mujer trabajadora” del que hablas en la novela? S.O: Consiste en descubrir que la expectativa de igualdad es sólo una expectativa, que no somos del todo iguales, que la sociedad todavía no ha entendido que una mujer al 100%, sin renunciar a su faceta de madre, es un valor increíble. Lo que he descubierto es que no hay alternativa: o estás al 100%, y eso implica renuncias personales, como dejar de ver a tus hijos todo el tiempo que querrías, o renuncias y pides reducción de jornada, que me parece otro timo. ¿Por qué no se puede tener todo? ¿Qué es lo que falla? M.M: ¿Hasta qué punto falta empatía de la sociedad hacia las madres en ese sentido? Y también entre las propias madres… S.O: Es un poco tópico lo de mujer contra mujer. Aquí en el Congreso, las periodistas somos mayoritariamente mujeres y nos ayudamos muchísimo. Nos respaldamos. Si un día tengo que salir corriendo para ir al pediatra, una compañera me coge el micrófono o me va contando lo que va sucediendo para que pueda llegar a todo. Entre nosotras nos entendemos bastante. Al menos esa es mi realidad. Pero luego sí que es cierto que la sociedad todavía culpa a la mujer de cosas que no son justas. Que no puedas estar en el colegio todos los días no te hace peor madre. O que delegues una parte del cuidado de tus hijos tampoco. A la sociedad aún le falta un poco en ese sentido. M.M: ¿Qué es eso que falla para ti? S.O: Yo creo que hay un problema de racionalización de horarios en nuestro país brutal. Somos una sociedad noctámbula, que acaba de trabajar muy tarde. En mi caso concreto, aunque yo no quiero hacer de mi caso causa, los informativos de televisión acaban muy tarde, con lo cual, a nada que tengas algo para el informativo de la noche ya llegas a casa a las 10. En gen eral los horarios de las empresas son terribles. Las reuniones por la tarde están a la orden del día y yo creo que eso perjudica a la mujer profesional. En todas las empresas que han experimentado con jornadas intensivas, como por ejemplo Iberdrola, se ha visto un efecto positivo sobre la mujer, que es la principal solicitante de reducciones de jornada. Ya no las piden, con lo cual su sueldo sigue siendo el mismo y no se ralentiza su carrera profesional. ¿Y por qué no nos podemos organizar así? ¿Por qué no nos podemos acercar más a esa Europa a la que nos quisimos parecer hace 30 años? ¿Qué nos impide ser como el resto en este tipo de organización que está demostrado que funciona? M.M: ¿Os exige demasiado la sociedad? S.O: Creo que hay un 50-50. Las mujeres nos exigimos demasiado a nosotras mismas, porque somos tremendamente perfeccionistas y queremos demostrar que lo podemos hacer todo. Y en cuanto a la M.M: ¿Es la conciliación una tarea pendiente en este país? S.O: Desde luego. Y como decía antes, los horarios me parecen la madre del cordero, porque a partir de ellos se pueden regular mejor los tiempos. Creo que FEBRERO 2016 • mama • 33