Madresfera Magazine 01 - Noviembre 2015 | Page 63

[ SALUD ] sibilidad de cargarlo o cargarla y amamantarlo o amamantarla inmediatamente al nacer. 4. Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer. 5. Practicar el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer. Otros países como México o Argentina también han dictado leyes específicas para luchar contra la violencia obstétrica. En España, pese a no estar aún tipificadas como tal, las prácticas constitutivas de violencia obstétrica se encuentran prohibidas en nuestro país, ya que suponen la vulneración de derechos fundamentales reconocidos en nuestra Constitución: a la integridad física y moral (artículo 15), a la libertad personal (artículo 17) y a la intimidad (artículo 18). “Si se aplicaran a las embarazadas las leyes y convenios internacionales sobre derechos humanos frente a las aplicaciones de la medicina, y más en concreto, la Ley de Autonomía del Paciente no tendría sentido hacer leyes específicas para nosotras. Las Convenciones de Derechos Humanos, las leyes de derechos de los pacientes y el Código Penal ya protege frente a la mayoría de situaciones que englobamos bajo el término de violencia obstétrica. Lamentablemente, muchas veces se excluye de ellas a las gestantes, lo que a mi parecer es una forma de discriminación sexista inadmisible. Igual que ocurrió con las leyes sobre violencia de género en el ámbito doméstico, al final hay que hacernos un traje a medida, como si los Derechos Humanos fuesen derechos humanos de los hombres pero no de las “humanas”. A mí me produce cierta desazón, como abogada, que existan instrumentos legales suficientes para luchar contra la violencia obstétrica pero la Administración Sanitaria y los jueces no los apliquen”, explica Francisca Fernández Guillén. “Afortunadamente los profesionales cada vez somos más conscientes y creo que van en detrimento”, opina Jorge Romero. Para la abogada de EPEN, la violencia obstétrica prospera por la impunidad que hay. “En los Tribuna- NOVIEMBRE 2015 • mama • 63