[ SALUD ]
sibilidad de cargarlo o cargarla y amamantarlo o amamantarla inmediatamente al nacer.
4. Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.
5. Practicar el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.
Otros países como México o Argentina también han
dictado leyes específicas para luchar contra la violencia obstétrica. En España, pese a no estar aún tipificadas como tal, las prácticas constitutivas de violencia
obstétrica se encuentran prohibidas en nuestro país,
ya que suponen la vulneración de derechos fundamentales reconocidos en nuestra Constitución: a la integridad física y moral (artículo 15), a la libertad personal
(artículo 17) y a la intimidad (artículo 18).
“Si se aplicaran a las embarazadas las leyes y convenios internacionales sobre derechos humanos frente
a las aplicaciones de la medicina, y más en concreto,
la Ley de Autonomía del Paciente no tendría sentido
hacer leyes específicas para nosotras. Las Convenciones de Derechos Humanos, las leyes de derechos de
los pacientes y el Código Penal ya protege frente a la
mayoría de situaciones que englobamos bajo el término de violencia obstétrica. Lamentablemente, muchas
veces se excluye de ellas a las gestantes, lo que a mi
parecer es una forma de discriminación sexista inadmisible. Igual que ocurrió con las leyes sobre violencia de
género en el ámbito doméstico, al final hay que hacernos un traje a medida, como si los Derechos Humanos
fuesen derechos humanos de los hombres pero no de
las “humanas”. A mí me produce cierta desazón, como
abogada, que existan instrumentos legales suficientes
para luchar contra la violencia obstétrica pero la Administración Sanitaria y los jueces no los apliquen”, explica Francisca Fernández Guillén.
“Afortunadamente los profesionales cada vez somos
más conscientes y creo que van en detrimento”, opina
Jorge Romero.
Para la abogada de EPEN, la violencia obstétrica
prospera por la impunidad que hay. “En los Tribuna-
NOVIEMBRE 2015 •
mama
• 63