[ SOLIDARIDAD ]
‘Techo y comida’: el cine como
espejo de la realidad
El film retrata
la realidad de
muchas familias
monomarentales.
E
l 4 de diciembre llega a
la cartelera “Techo y comida”, la ópera prima
del jerezano Juan Miguel
del Castillo, que lleva a la
pantalla por primera vez, con total
crudeza y sin artificios, el drama de
los desahucios en nuestro país. Una
madre joven, soltera, sin empleo y
sin estudios, y su hijo de ocho años,
ponen ojos, voz, cara y sentimientos
a la tragedia invisible de las familias
que viven bajo el umbral de la pobreza en nuestras ciudades.
No estamos acostumbrados a ver
cine tan desnudo, sin artificios. “Una
vida así no tiene música”, asegura
Juan Miguel del Castillo, director del
filme ‘Techo y comida’. Los sonidos
los pone la propia vida, que toca las
notas de una banda sonora dura,
triste, depresiva, solitaria. Como la
56
•
mama
de Rocío, una madre soltera de 25
años (portentosa interpretación de
Natalia de Molina, premio Goya 2014
a la mejor actriz revelación por su
papel en ‘Vivir es fácil con los ojos
cerrados’). Sin trabajo, sin familia, sin
subsidios a los que agarrarse, y con
un niño de 8 años al que mantener.
En una ciudad, Jerez, arrasada por
la crisis económica. Un escenario
apocalíptico. O no tanto. “La película es muy realista y muy dura, pero
diría que es bastante light. Lo que
se ve sólo es la punta del iceberg”,
apunta el director jerezano a Madresfera Magazine.
Y lo que se ve es mucho. Mensualidades de alquiler que se amontonan sin pagar, un arrendador que
no da tregua, pantalones que se
quedan cortos, comidas y cenas
a base de pan con salchichas,
• NOVIEMBRE 2015
noches sin probar bocado, un niño
que se empieza a dar cuenta de
todo, zapatillas que se remiendan
una y otra vez, agua que deja de
gotear por los grifos, luz conseguida a través de empalmes con una
vecina, búsqueda de galletas en los
contenedores de basura…
“Es una ficción y no he querido
contar la vida de nadie, pero sí que
es cierto que algunas de las características del niño están basadas en
niños con los que conviví, algunos
de los cuales no tenían zapatos y yo
tenía que cogerlos en brazos cuando
llovía para llevarlos al cole, porque
si no llegaban con los pies mojados.
Hay veces en que los padres directamente no comen para que coman
sus hijos. Las salchichas se comen
mucho en este tipo de familias. Pan y
salchichas, que es lo más barato que