LUMEN
Edición #1 • Agosto 2014 • Página 79
Escribe el Prof. Ayala en Cuadernos: “La masonería de origen cubano-norteamericana
es anterior a la propiamente española. Se remonta a diciembre de 1858, mes y año en que tres
logias de Santiago de Cuba auspiciadas por la Gran Logia de Carolina del Sur en EEUU, con
sede en Charleston, consiguieron que se les autorizase el establecimiento de la denominada Gran
Logia de Colón y al poco, del Supremo Consejo de Colón en Santiago de Cuba, con jurisdicción
en todas las Indias Occidentales, incluida claro está, Puerto Rico. (...) En 1871 se inició la
penetración de las obediencias españolas en Puerto Rico (...) contestada hasta 1898 por una
masonería autodefinida como autóctona, procedente de Cuba”.13
En su libro Siglo XIX, el Prof. Ayala repite el mismo cargo contra la masonería cubana:
“Frente a este tipo de masonería [española] surgió otra a finales de los años setenta,
autodenominada autóctona, aunque en realidad era de origen norteamericano-cubano”.14
Nos preguntamos, ¿por qué considera el Prof. Ayala a esta masonería como de origen
cubano-norteamericano? El derecho masónico prescribe que, para formar una Gran Logia, se
necesitan (1) tres logias funcionando (en Cuba, en 1858, hubo que crear una más, para lograrlo),
y (2) una carta patente de una Potencia Masónica acreditada (en el caso cubano provistas por la
Gran Logia y el Supremo Consejo de Charleston, en EEUU). Los dos masones que Albert Pike, a
la sazón Gran Comendador del Supremo Consejo en Charleston, envió sucesivamente a Cuba
para realizar estas gestiones, fueron los HH. Andrés Cassard y Vicente A. de Castro, dos cubanos
que habían estado, o vivían todavía, expatriados en EEUU por sus actividades separatistas. El
primer Gran Maestro de la Gran Logia de Colón fue el Hno. Francisco Griñán. Más discusión y
datos sobre este asunto, serán presentados en la sección siguiente.
A menos que las obediencias españolas del siglo XIX se hubiesen creado a sí mismas,
como lo hizo la Gran Logia de Inglaterra en 1717, también tuvieron que seguir este proceso. ¿De
dónde, obtuvieron dichas obediencias españolas sus Carta Patentes? ¿Del Gran Oriente de
Francia, o del Gran Oriente Lusitano15? ¿Por qué entonces, el Prof. Ayala, no clasifica
13
Ayala, J. A. La Masonería de obediencia Española ante el conflicto colonial puertorriqueño, artículo aparecido
en los Cuadernos Investigaciones Históricas. No. 17.1991. Págs. 22 y 23. En lo adelante referida como
“Cuadernos”.
14
Ayala, Siglo XIX. p. 15
15
“La Logia Taoro, Canarias, (…) erigida bajo los auspicios del Grande Oriente Lusitano Unido, lo mismo que
otros muchos talleres españoles”. Manuel de Paz. Masonería Española y Emancipación Colonial. Revista de las
Indias. Vol. LXVI (238). Páginas 740.