LUMEN
Edición #1 • Agosto 2014 • Página 31
Conocido es de todos el procedimiento seguido para reorganizar esta Gran Logia: la parte
de iniciativa que en ello tomó el Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de New
York por conducto del Honorable Hermano Mortimer D. Bowen residente en esta Isla en
aquella fecha; el acuerdo fundado de trasladar el asiento de la misma de Mayagüez a esta
Ciudad de San Juan; traslado del archivo de dicho punto a éste, y apertura de la Cámara
en 2 de abril último, en que tuvieron lugar las elecciones.
Contábase (sic) en aquella fecha con seis Logias de la jurisdicción, en actividad.
Simultáneamente la Logia “Palafox” del Oriente Español, acordó incorporarse con el
título de “Regeneraciòn” a esta Gran Logia; acojiendo (sic) con júbilo este hecho con
arreglo a la práctica sancionada de largos años, seguida tanto aquí como en nuestra
antigua madre Gran Logia de Colón, para éstos casos, y en virtud del inciso sexto del
artículo 27 de la Constituciòn….
Tenemos pues, que de seis Logias con que empezamos nuestra reorganización, hoy
contamos con once bien nutridas.68
Conclusiones
Al acercarnos al tema del traslado de la sede de la GLSPR de Mayagüez a San Juan, y la
consecuente reorganización y reinicio de sus trabajos en 1899, establecimos que la secuencia de
eventos que culminó con dichas acciones estuvo enmarcada dentro un convulso periodo de
cambios dramáticos en todos los órdenes de la vida puertorriqueña. Dichos cambios activaron
difíciles procesos de transición en los movimientos políticos, en las actividades económicas y en
las relaciones sociales de los habitantes de la Isla en dicha época.
La práctica de la masonería en Puerto Rico no fue inmune a los múltiples cambios en el
entorno en el que se desarrollaba; y los masones del citado período tuvieron que diseñar e
implantar estrategias de transición para evitar el naufragio en las aguas turbulentas por las que
navegaban en ese momento histórico.
Para el estudio del tema principal de este ensayo, empleamos un acercamiento dual. En
primer lugar, realizamos un análisis historiográfico de los dos discursos que se han hilvanado a
través del tiempo con relación a los mencionados acontecimientos. De ese análisis se desprende
que, por un lado, los historiadores afiliados a la GLSPR adoptaron básicamente lo que Negrón
Portillo llamò “el discurso antiespañol”, adjudicando la reorganización y reanudación de los
trabajos de la obediencia puertorriqueña únicamente al nuevo clima de tolerancia que para con la
institución tenía el nuevo régimen de gobierno. Esta tendencia historiográfica trata el tema del
68
“Mensaje del gran maestro de los masones de Puerto Rico”, Anuario 1900, Págs. 18-19.