LUMEN
Edición #1 • Agosto 2014 • Página 104
personalmente. Todo es desgracia; pero estoy en que con
todos esos elementos debe hacerse la revolución."27
Desconocemos cuales eran "proyectos reservados" que menciona Betances, pero Acosta,
que pensaba que "el miedo es el padre de las bajezas"28, no temía a lo mencionado en la carta,
como veremos próximamente.
Los planes revolucionarios de Betances motivaron a que un grupo de rebeldes
separatistas tomaran el pueblo de Lares el 23 de septiembre de 1868. Siendo inocente del suceso
conocido como Grito de Lares, Acosta fue acusado y encarcelado en las prisiones de El Morro y
en Arecibo. No obstante redactó una petición dirigida al gobernador, y movilizó a las señoras y
señoritas de la capital para que la firmaran29, que rechazaba la pena de muerte a los involucrados
en los sucesos. Cientos de prisioneros y condenados a muerte se beneficiaron de iniciativas como
la de Acosta para continuar disfrutando de la libertad y la vida. Una postura más activa tomó
cuando ocurrieron los terribles eventos de 1887, conocido por algunos como los "compontes",
que persiguieron y torturaron a los autonomistas puertorriqueños. Acosta, que para ese entonces
ya se encontraba retirado de la vida política, visitaba a diario la prisión de El Morro apoyando y
auxiliando los prisioneros. Entre los prisioneros se encontraban su amigo Baldorioty de Castro y
Santiago R. Palmer, padre de la masonería puertorriqueña. También escribió a contactos en el
extranjero para aliviar la situación de represión por el gobernador Palacios. Escribió al ex
gobernador don Luis Dabán lo siguiente:
"Al escribir estas carta he creído que mi amistad con usted
hombre público e influente me obliga a ellos. Lo estimo
también como un deber de conciencia. Desde la isla de St.
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