LUMEN
Edición #1 • Agosto 2014 • Página 92
a su patria y construir una sociedad mejor. En este terreno si podría entenderse que la masonería
cubana, ‘fue la institución que más contribuyó a la independencia de Cuba’69,”70.
Nosotros, coincidimos plenamente con este criterio intermedio, de que la verdad se
encuentra al centro, y añadimos: “Existen tres funciones claves que la masonería, y por ende
también la Gran Logia de Cuba, proveyeron a la sociedad (…) Ellas son la función conectiva, la
función diseminadora y la función incubadora” 71.
Estas tres funciones, postulamos nosotros, explican el vínculo masónico con el proceso
político. Ciertos hombres, interesados en laborar en pro de su Patria, cualquiera sea la senda que
escojan para hacerlo, pueden, a través de su interacción en la Logia, conocerse y establecer
contacto entre sí (conectiva); discutir y dar a conocer sus ideas (diseminadora), y así refinarlas
(incubadora). La masonería es, consecuentemente, una escuela y un foro de líderes. Tal vez esto
ayude a explicar por qué, tanto en Cuba como en Puerto Rico, los partidos autonomistas fueron
fundados y dirigidos, en gran medida, por masones. Y por qué los gobiernos autonómicos fueron
también, mayoritariamente, integrado por masones. Como dijera José Martí: “la masonería no es
más que una forma activa del pensamiento liberal”.72
En una época en que no existían organizaciones como los sindicatos, clubes de Leones y
Rotarios, o partidos políticos, muchas de ellas creadas posteriormente por masones, fue la
masonería la que sirvió de vehículo para que muchos realizaran su ingente labor patriótica.
Porque, a diferencia de las masonerías filantrópico-fraternales norteamericanas, las masonerías
autóctonas de Cuba y Puerto Rico eran, fundamentalmente, de carácter cívico-social.
Sin la participación de la Institución Masónica, tal vez el desarrollo político-social de
Cuba y Puerto Rico se habría retardado y dificultado más, o tal vez se habría realizado en forma
diferente. Esto lo entendieron muy bien las autoridades civiles y militares coloniales de estas
islas, razón por la cual, cada vez que surgía un problema político, lo primero que hacían era
clausurar las logias, sobre todo las de la masonería autóctona.
69
El Congreso Nacional de Historiadores de Cuba de 1943, señalò que “la masonería cubana era la institución que
en todo tiempo más había contribuido a la independencia de Cuba” (Torres Cuevas, seis ensayos. p. 160).
70
Torres Cuevas. seis ensayos. p. 162.
71
Romeu, J. L. Characteristics and Challenges of Cuban Freemasons in the XX Century: A demographic approach.
REHMLAC. Special Issue: Grand Lodge of California. 2013. pp. 137—154.
72
Torres Cuevas. seis ensayos. p. 75