LUMEN Edicion 1, agosto 2014 | Page 106

LUMEN Edición #1 • Agosto 2014 • Página 90 entonces comienza a implementar algunas reformas políticas y sociales, como la Ley Moret de 1870, instigada por Román Baldorioty de Castro y Julio Vizcarrondo. En la década de 1870, aun antes que en Cuba que estaba en guerra, comienzan a organizarse los primeros partidos políticos. No es de extrañar que, como ocurrió en Cuba, muchos de los líderes políticos fueran masones59. Los partidos autonomistas jugaron un papel preponderante en ambas islas durante este período, y fueron brillantemente representados en las Cortes de Madrid60. Tales autonomistas fueron los que condujeron la lucha ideológica con los integristas españoles, opuestos a tales reformas, y a la que José Martí llamó el reposo turbulento. Al final del este período de lucha ideológica, los cubanos perdieron toda esperanza de reformas y autonomía bajo España, y se lanzaron a la guerra de 1895. En 1898 ésta había llegado a un impasse, similar al ocurrido en 1875 durante la Guerra Grande, donde España controlaba los puertos y las grandes ciudades, y los mambises cubanos61, los campos. Fue solo entonces que España autorizó la creación de los, tantas veces reclamados, gobiernos autonómicos en ambas islas. Demasiado tarde! En abril de 1898 desembarcaban las tropas norteamericanas. Resumiendo: ninguno de los regímenes políticos españoles del Siglo XIX: desde la Junta de Cádiz, en 1808; la restauración de Fernando VII ; el Trienio Liberal; el regreso de Fernando VII; Regencia y reinado de Isabel II; la Gloriosa Revolución; el reinado de Amadeo de Saboya; la Primera República; la restauración de Alfonso XII, hasta la Regencia y reinado de Alfonso XIII; ninguno de ellos, tuvo el talento político de conceder a Cuba y Puerto Rico su autonomía insular, similar a que tuvo el Canadá62, que tanto solicitaban a España. Como bien advirtiera José Antonio Saco: O España concede a Cuba derechos políticos, o Cuba se pierde para España63. Así sucedió! Y otro tanto puede decirse sobre Puerto Rico. Fue la política colonial de España y no el separatismo cubano ni puertorriqueño, ni la masonería (que solo proporcionó un vehículo y una herramienta de trabajo), lo que produjo el 59 Brau, Salvador. Historia de Puerto Rico. Editorial Coquí, San Juan, Puerto Rico, 1975 Fueron famosas las conferencias y polémicas de don Rafael María de Labra, representante de Cuba y de Puerto Rico. Bizcarrondo, M. El Autonomismo Cubano. Historia Contemporánea. Vol. 19 (1999). Pág. 74 61 Nombre despectivo que dieron los españoles a los alzados en la manigua, y que luego, en Cuba, fue distinción. 62 Antonio Govín, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba y Secretario del Partido Autonomista cubano, era un experto en el régimen de administración de Canadá. Bizcarrondo. Ibid. Pág. 74 63 Bizcarrondo y Elorza, Ibid. p.32 60