LUMEN
Edición #1 • Agosto 2014 • Página 86
Por tales sospechas y actividades, las fuerzas militares coloniales asesinaron, en febrero
de 1870, en la finca San Juan de Wilson en los alrededores de Santiago de Cuba, al Gran
Maestro, al Gran Secretario, y a otros altos dirigentes de la Gran Logia de Colón, hechos a los
cuales el Hno. Aurelio Miranda45 dedica un capítulo entero, y que el Prof. Torres Cuevas,
incluye así en su libro:
“La disoluciòn del GOCA no resultó suficiente para detener la represión anti
independentista. Generalizada la acusación de conspiradora a la masonería, el Cuerpo de
Voluntarios –fuerza paramilitar española en la Isla- elaboró una lista que incluía las principales
figuras, no ya solo de la masonería irregular del GOCA, sino también la de la de Colón. Los
actos más violentos y depravados se cometieron en Santiago de Cuba. En la lista de los
voluntarios españoles de esta ciudad se incluyó a José Andrés Puente Badell, a la sazón Gran
Maestro de la Gran Logia de Colón; Esteban Minet, Gran Tesorero de ella, y otras prominentes
personalidades de ambas masonerías. Todos fueron llevados, sin juicio y sin presentación a
tribunal alguno, al campamento del ingenio San Juan de Wilson, a siete leguas de Santiago de
Cuba, y asesinados los días 13, 14 y 15 d febrero de 1870, por el comandante Carlos González
Boet, quien, paradójicamente, también era masón. De Igual forma, en La Habana, eran detenidos
numerosos masones, resultando el hecho más relevante el asalto a la logia San Andrés –a la cual
pertenencia el maestro de Martí, Rafael María de Mendive- y la prisión de los 52 masones
cubanos, españoles y extranjeros que allí se hallaban”.46
Sin embargo, este importante evento histórico es omitido en el libro del Prof. Castellano.
Tan solo encontramos dos cortas alusiones al mismo, en dos fragmentos. En la primera, a través
de una nota al pie, sin citar el nombre del Gran Maestro Puente Badell. Y en la segunda, como
parte del comentario del allanamiento, por parte de las autoridades coloniales, de la Logia San
Andrés, en La Habana. Seguidamente, las transcribimos:
Primera: “Los años setenta fueron especialmente duros para la institución masónica, pues
tuvo que soportar el despliegue represivo policial454 [Aquí el Prof. Castellano refiere al lector a la
45
46
Miranda, Aurelio. Asesinato de Andrés Puente. Historia de la Masonería. Capitulo XLII. Pag. 313.
Torres Cuevas. seis ensayos. pp. 61 y 62; Torres Cuevas, REHMLAC, p.90.