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alrededor de sus quehaceres y ritos para aquel que ingresa a su exclusivo grupo . 8 Como toda tribu , estos grupos producen un arte consumido por convencionalismos , discursos políticamente correctos , condimentados con bromas e ironía que , en formas apenas diferentes y hasta perfectamente similares , son comúnmente consumidos por el público de la cultura popular comercial ( Ibid ). Tal vez por eso la gente no paga por ver danza , a menos que sean parientes , tengan un vínculo social , o sean del mismo medio que la danza . Pareciera que la gente ve feliz una telenovela en lugar de ir a ver una aburrida obra de danza en la cual el tema es el mismo , solo que en vivo y en directo , y cuesta . Llama también la atención la persistencia de bailarines y coreógrafos en crear obras al estilo comedia romántica o drama hollywoodense , o sobre algún personaje famoso pero filtrado al extremo hasta que todas sus rebeldías desaparecen y es agradable al ojo . Parece que ingresar al supermercado cultural es la meta , y mientras más condescendiente con lo que el momento exija , y mientras más fotos con la cantante de moda obtenga , más valioso es el trabajo . Es decir , el contenido de las obras de danza acude a convencionalismos puros , son obras que van muy bien con las políticas de adormecimiento social . Obras que destacan la relación narcisista entre el ejecutante y su hermoso físico , que hablan de cosas que no me acuerdo porque fueron hechas para que no me acuerde , y que reproducen obras que fueron hechas para ser reproducidas ( Benjamin en Machaud , 2007 ). El ballet clásico fungía antaño como una “ fábrica de sueños ” y el resto de la danza ha heredado este aspecto que en algún momento funcionó como ‘ cualidad ’, pero que hoy en día contribuye a la manipulación de los sentidos del público . Así el espectador pasa
a un mundo de la absorción en los dos sentidos del término , a un mundo donde se anda [ 1 ] distraído y [ 2 ] manipulado por las imágenes para su más grande placer : se abre el tiempo “ de la recepción en la distracción ” ( Machaud , 2007 ).
Y este estado es nutrido por el virtuosismo que alimenta la necesidad de excitación y simulación . Atento a “ la demanda ”, el contenido de la obra queda en último lugar para un artista que tiene como más importante , hasta vital , hacer notar su presencia ( sea por redes sociales , prensa , Estado , etc .). Ante este vacío , el contenido de las obras es otorgado por el sistema , incluso para aquellas obras que creen ‘ transgredir ’, porque al no reflexionar sobre este arte , toda transgresión solamente resalta un aspecto más del sistema . Lo que sucede es que ante la avalancha de premios , becas , invitaciones a participar en varias obras y spots publicitarios , ya nadie se detiene a reflexionar sobre su quehacer artístico .
8 Por ejemplo vemos obras de danza que se basan en obras literarias , o usan textos de grandes autores y pensadores , pero la superficialidad del producto final delata que los libros fueron usados solamente para darle un tinte intelectual a su trabajo .
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