Los omniscientes N°11, Mayo 2015 | Page 16

NO TE MARCHES TODAVÍA

Todavía mantengo atado el corcel de mi corazón enamorado,

Con las lianas del desamor y las cadenas del dolor.

Aun las lloviznas del amor, no logran mojar el reseco suelo de mi vida,

Yerto por el inclemente sol del desengaño y la soledad.

Lejos, muy lejos, está la deslumbrante luz del cañaguate florido.

Los años han secado el cáliz de mi flor

Y mi alma se ahoga en un mar de desolación.

Y llegas tú, como princesa encantada que furtiva visita mi palacio:

Bella y perfumada con las fragancias del jazmín,

Como la rosa roja que corona mi espinoso cactus,

Con tu dulce voz de sinzonte en la alborada,

Y contigo, el bálsamo de mis penas.

Pero, temo enamorarme una vez más;

Por eso, LINDA, no me quieras tanto;

Pues, es mejor que me olvides.

No quiero verme llorar con el corazón partido.

Y aunque sé que sin ti me moriría,

Prefiero que vueles a otro árbol,

tras las mieles de otro amor.

¡Vuela! ¡Vuela pronto, pajarita enamorada!

¡Liba el néctar de otra flor!,…o mejor,

¡Quédate!. ¡No te marches todavía!

ABEL RIVERA GARCÍA

COLOMBIA