NO TE MARCHES TODAVÍA
Todavía mantengo atado el corcel de mi corazón enamorado,
Con las lianas del desamor y las cadenas del dolor.
Aun las lloviznas del amor, no logran mojar el reseco suelo de mi vida,
Yerto por el inclemente sol del desengaño y la soledad.
Lejos, muy lejos, está la deslumbrante luz del cañaguate florido.
Los años han secado el cáliz de mi flor
Y mi alma se ahoga en un mar de desolación.
Y llegas tú, como princesa encantada que furtiva visita mi palacio:
Bella y perfumada con las fragancias del jazmín,
Como la rosa roja que corona mi espinoso cactus,
Con tu dulce voz de sinzonte en la alborada,
Y contigo, el bálsamo de mis penas.
Pero, temo enamorarme una vez más;
Por eso, LINDA, no me quieras tanto;
Pues, es mejor que me olvides.
No quiero verme llorar con el corazón partido.
Y aunque sé que sin ti me moriría,
Prefiero que vueles a otro árbol,
tras las mieles de otro amor.
¡Vuela! ¡Vuela pronto, pajarita enamorada!
¡Liba el néctar de otra flor!,…o mejor,
¡Quédate!. ¡No te marches todavía!
ABEL RIVERA GARCÍA
COLOMBIA