Eduardo, Claudio, Gabriel, Mario y Gato.
Extraído del artículo de A. Edwards en diario
La Estrella de Valparaíso, el 31 de octubre de
1964.
rascas, lo que había y se podía comprar. Uno iba a la
“Casa Amarilla”, que todavía existe, y se compraba ahí
una guitarra, un amplificador, o baterías, pero las baterías
también eran hechas acá en Chile, como las primeras
baterías que tuvimos nosotros.
Después, como éramos de Valparaíso, allá hay mucho
movimiento aduanero, teníamos un amigo que era vista de
aduana, y este amigo una vez nos pasa unos catálogos,
era músico también, y nos dice “mira me conseguí estos
catálogos que llegaron, son instrumentos japoneses”, y
para nosotros que te dijeran japoneses en ese tiempo…
Asia era un misterio, Asia era como el pasado, y que de
repente te digan “instrumentos japoneses”. ¿Y qué harán
estos japoneses?, ¿con qué los fabricarán? Y nos mostraba y se veían súper bonitos los instrumentos, él estaba
más informado y nos decía “lo que pasa es que estos
instrumentos son baratísimos, no cuestan nada e imitan
a los instrumentos europeos y norteamericanos”, él nos
recomendaba, “yo creo que vale la pena hacer la importación, yo les hago los trámites”. Hicimos la importación y
era una marca súper rara que era “Yamaha”, se escribía
con una “Y”, una “H”. Le escribimos a esta fábrica y nos
mandaron las cuestiones, pero la respuesta que nos dieron fue inmediata, nos ofrecieron acaso queríamos ser
los representantes de Yamaha en Chile, porque estaba
recién llegando, o sea, estaba como abriéndose paso en
el mundo. Evidentemente nosotros no estábamos en esa,
no aceptamos, pero ahí nos compramos un amplificador
inmenso de grande, porque la onda era tener amplificador grande.
Toda esta primera época, del 63 al 68 fue de High
Bass, fue en Viña. Vinimos una pura vez a Santiago. Te-