Eduardo, Gabriel y Gato tocando en las ruinas
de Macchu Picchu para la grabación del video.
Fotografía original de archivo Los Jaivas.
vamos a escuchar el tema de Albertito”, “pero si todos lo
hemos escuchado”, “no, es que hay una novedad”, “ya
bueno”. Y se reúne toda la casa en la sala de la música.
Misterio, yo dándome vueltas. “Ya, pon el tema Dominique”, “si ese tema todos lo hemos escuchado ya”, “no,
pero escuchémoslo entero”, así pesado, “escuchémoslo entero”. Se acaba el tema y todos mirándome a mí.
“Es que ustedes no saben cómo se llama este tema”,
“y cómo se llama”, “se llama ‘Del aire al aire’.”, y todos
quedaron así estatua. Porque era verdad, si tú le ponías
ese título le calzaba justo, pero eso quería decir mucho
mucho mucho más, quería decir que estábamos firmando el contrato para hacer la interpretación de “Alturas de
Macchu Picchu”. ¡A llamar a Daniel Camino! Porque nos
dimos cuenta.
Y nosotros caíamos en el estado “Alturas de Macchu
Picchu”. Después de esa revelación que se produce ahí,
nadie podía dudarlo, nadie me iba a agarrar a mí a cachuchazos. No, era irrefutable, estábamos haciendo “Alturas
de Macchu Picchu”. Entonces venía la parte de hacer la
elección. Bueno, después de algunos días, no me acuerdo bien cómo fue, el caso es que logré pillar a Daniel Camino en Madrid y “hola”, me dice Daniel, ya casi escéptico, y le digo yo: “te tengo que dar una noticia”, “¿cuál?”,
me dice él, “llevamos dos minutos y medio de ‘Alturas
de Macchu Picchu’.”, “oh, no puedo creerlo”, no le conté esta historia, creo que nunca se la he contado, sino
que él salió disparado para Lima, poco menos que se
fue en cohete, y a conseguirse Macchu Picchu, porque
era la promesa de él, ahora teníamos que tener Macchu
Picchu, no quedaba otra, porque esa era su promesa.
Nosotros grabábamos un video en Macchu Picchu.