Pájaro Canzani, Gato, Alberto Ledo, Eduardo,
Gabriel y Claudio. Fotografía original de archivo
Los Jaivas.
pero los gringos no. Los ingleses todavía, que son más
pesados, se habían equivocado, pero claro, si el huevón
mira dónde llega el huevón, y mira el banquete que les tenemos reservado, entonces somos millonarios, entonces
se les puede dar todos lo que ellos pidan, incluso yo podría haber pedido un helicóptero y él lo hubiera anotado
en la lista también. Pero no sabíamos que estábamos en
una típica novela de equívocos, era lo que nadie sabía, y
cuando los gringos lo supieron, se pusieron colorados.
Habían caído en una trampa que nosotros ni siquiera
habíamos tendido. Nosotros no la habíamos tendido, si
para nosotros también ellos nos iban a dar todo, la EMI
para nosotros nos iba a dar todo. Era el Paraíso, éramos
Los Beatles. La EMI nos iba a dar todo, creyendo que
nosotros éramos millonarios, y nosotros que creíamos
que nos iban a dar todo porque éramos músicos, que veníamos llegando de Latinoamérica, entonces la EMI era
súper buena onda, “denle a estos chiquillos no más para
que toquen y los vamos a llevar por toda Europa y van a
ser famosos”. El sueño del pibe. Nosotros creíamos en el
sueño del pibe, que no era verdad, y ellos creían que nosotros éramos millonarios, que tampoco era verdad. Por
lo tanto, caímos los dos en la trampa, y nos dejamos llevar, nos dejamos llevar hasta las últimas consecuencias.
Como ellos creían que éramos millonarios y nosotros
creíamos que ellos nos estaban manteniendo, entonces
no había límite. Nadie ponía mala cara. “Tres botellas de
vino más”, tres botellas de vino más, a nadie le importaba
una raja, y estábamos metidos en una novela de equívocos, todo era mentira. Era tan mentira que al final, porque
los gringos a alguien le íban a cobrar, en un momento
dijeron “bueno, pero todo esto suma tanto”. Y llaman a