" Los niños tienen que ser capaces de entender que, en muchas
ocasiones, los padres no van a estar de acuerdo y que eso es algo
normal".
Desde muy corta edad los niños absorben,
actúan y desarrollan actitudes en base a
todo lo que ven a su alrededor. Así, si en casa
ven agresión y violencia eso se refleja en
múltiples comportamientos negativos en la
escuela y con los demás. En la mayor parte
de casos los pequeños repiten lo que ven en
casa.
Los niños tienen que ser capaces de
entender que, en muchas ocasiones, los
padres no van a estar de acuerdo y que
eso es algo normal. Es importante que los
adultos sepan que las peleas no son fáciles
para ellos y les disgustan más porque no
dimensionan la magnitud de las mismas.
Eso genera en ellos inseguridad y temor, lo
que puede convertirse en un problema más
grande si el el conflicto es permanente.
Cuando las peleas se van de
las manos
Existen muchos c asos en que las peleas de
los adultos se vuelven incontrolables aunque
los hijos estén presentes. Estas situaciones,
que suelen ser poco maduras, provocan
que los los pequeños tengan problemas
para identificar y controlar sus emociones a
posteriori.
sus conflictos, no sólo porque estas pueden
tener consecuencias negativas para los
pequeños de la casa, sino también porque
son el primer ejemplo a seguir para ellos.
Lo ideal es dejarles de lado sin importar la
edad durante el conflicto. Buscar un lugar
privado y ser capaz de retirarse cuando los
ánimos están demasiado caldeados es lo
ideal. Una vez calmados se puede resolver
el conflicto con mayor facilidad y eso puede
ser ventajoso a la hora de mantener un buen
ambiente en el hogar por el bienestar de los
hijos.
Es importante que los padres evalúen sus
propias acciones y la forma en que resuelven
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