LONG Magazine Edición Primavera 2016 | Page 54

Arte Por Gabriela Doldán Veronika Koop La disolución de lo figurativo Después de emigrar desde Europa a Paraguay a causa de los desastres causados por la Segunda Guerra Mundial, Veronika Koop  se asienta en Paraguay, forma una familia y se entrega al arte. Sus obras muestran la disolución de las formas y su autora nos cuenta sobre su largo recorrido por lo figurativo hasta llegar a la abstracción. Hoy, con 86 años sigue con la misma fuerza creativa de sus inicios. LONG tiene la primicia de dar a conocer su nueva serie titulada Así es la vida, compuesta por catorce óleos. La artista plástica Veronika B raun Koop nació el 10 de diciembre de 1929 en Gnadenfeld (Ucrania), aunque tiene nacionalidad alemana y ciudadanía europea. Se casó con el ya fallecido alemán Victor Koop, con el que tuvo cuatro hijos, nietos y bisnietos. Llegó a Paraguay como inmigrante después de la Segunda Guerra Mundial en el año 1948, en un momento vital en el que la guerra “se lo había arrebatado todo”, según nos cuenta. Nos habla de la desaparición de su padre, de la pérdida de sus bienes, el hambre y la travesía en el barco que la trajo a Paraguay. Recuerda que llegó sin nada y rememora su operación de apendicitis en la Cruz Roja sin anestesia, ya que no tenía dinero para pagarla. Empezaron desde abajo y formaron la empresa familiar que gestionaba su marido. Entre 1960 y 1964 realizó estudios de dibujo y pintura por correspondencia en la École A.B.C. de París recibiendo su diploma de 52 LONG DISEÑO fin de estudios con honores. Su calidad como alumna le valió realizar su primera exposición en conjunto con su profesor guía Werner Gisevius. Ambos expusieron sus obras en Unión Club con el apoyo de la Embajada de Alemania y Amigos del Arte. Insertar su arte al mercado local nunca fue fácil. Veronika recuerda riéndose: “llevaba mis obras a galerías y querían mis flores. No me entendían y de rabia pintaba flores de un metro por un metro. Nunca me rendí, comprendo que mis obras no son para todos, pinto lo que me gusta”. Veronika sintió la misión de transmitir toda su experiencia con el arte a través de la educación y es así como empezó enseñando en los colegios Alberto Schweitzer y Concordia. Posteriormente abrió  un atélier que creció, se formalizó y se reconoció como Instituto Superior