Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 94

Se estremeció. Al final, Alec repuso: —Lo que hacemos es conocernos mejor. ¿Hago esto con las demás mujeres con las que juego? Sí. A veces. Depende de si es una noche de juego casual en el club o algo más serio. Y con «serio» me refiero a que se prolonga en el tiempo. —Has sentido la necesidad de aclarar eso. —¿Aclarar el qué? —Que lo de «serio» no se refiere a una relación seria. —No soy una persona de relaciones. No en ese sentido. ¿Era eso lo que querías saber? —No era más que una observación. —Ah. —Probó un poco de pasta y masticó—. ¿Qué te parece la cena? —Pues aún no lo sé, pero el vino está muy bueno. —Come un poco. Dylan sabía que él estaba evitando la conversación, pero no le importaba. Ella tampoco buscaba una relación. Probó la pasta, que estaba tierna y deliciosa. —Sabes cocinar. Él sonrió; parecía satisfecho consigo mismo y levantó la copa como si fuera a hacer un brindis. —Sí, sé. ¿Y tú? —En verdad soy una cocinera horrible. Pero se me da muy bien pedir comida por teléfono. No me gusta tener que parar lo que sea que estoy haciendo por asuntos insustanciales cuando escribo, así que tengo mis restaurantes preferidos grabados en la marcación rápida. —La comida no es algo insustancial. —Bueno, es necesaria… —Necesaria no quiere decir que no se disfrute. El sexo también es necesario. —Tienes razón. Tal vez es que he aceptado que no sé cocinar. Prefiero sentarme a disfrutar de la comida que ha preparado otra persona. Él sonrió y volvió a alzar la copa. —Algunos somos más activos en nuestras funciones que otros. Ella no pudo evitar sonreírle.