Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 77
—Muy bien. Ahora respira como has hecho antes. Inspira hondo por la
nariz. Sí, así. Aguanta el aire en los pulmones. Ahora déjalo salir por la boca. Como
la respiración que se hace en yoga. ¿Has hecho yoga alguna vez?
—Sí.
—Pues es exactamente igual. Deja que el aire llene tu cuerpo y relaja las
extremidades. Muy bien.
Él se sentó a su lado y la acompañó con las respiraciones. Ella perdió la
noción del tiempo que pasaron así. No le importaba. Estaba concentrada en la voz
de Alec, en su propia respiración y en el calor que emanaba de él mientras la
sujetaba. Y, por fin, su cuerpo empezó a relajarse.
—Estoy muy cansada.
—Sí. Tiene ese efecto. Es por este motivo que no quería que condujeras esta
noche. Es difícil de entender hasta que lo has pasado.
—Tienes razón. No lo hubiera conseguido. No esperaba… sentirme de este
modo. No termino de entenderlo.
—No trates de diseccionarlo ahora.
Ella suspiró.
—No, no puedo. Apenas puedo pensar.
—Esta experiencia no es para pensar, Dylan. Es para desconectar esa parte
analítica de tu mente y sentir sin más.
—¿Esto es lo que haces tú?
—Mi función en esto es distinta. Yo tengo que ser responsable de todo lo
que ocurre aquí. Por ti.
Él se detuvo y le apartó el pelo de la cara; eso hizo que se le acelerara el
pulso pero no quiso pensar en el porqué.
—¿Te encuentras algo mejor?
—Sí. Creo que sí.
—Te llevaré a casa. A mi casa.
—No. Debería ir a mi casa.
—No pienso discutir por esto.
Ella se sentía demasiado cansada para discutir de todos modos. Y aunque
no le gustaba, no le gustaba nada esa sensación de debilidad, no se veía con
fuerzas para contestarle.