Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 62

bosque y de mar… Alec y el olor a cuero, perfume y sensualidad de la sala. Temblaba de pies a cabeza. Estaba nerviosa por la expectación, por el deseo y por algo más… —¿Estás bien, Dylan? —le preguntó. —Sí. Estoy bien. Él se detuvo, le puso una mano debajo de la barbilla e hizo que le mirara. —¿En serio? Ella tragó saliva. —Sí, lo estoy. Te lo prometo. Es que esto… es nuevo para mí. Trato de absorberlo todo. Es distinto a cualquier otro sitio en el que haya estado. —Lo es. —Le sonrió y bajó la mano. —¿Dónde vamos? —Shhh, acompáñame. Ella obedeció; simplemente se limitó a cerrar la boca y tragarse todas las preguntas que le rondaban por la cabeza. No podía creer que estuviera haciendo eso. Que alguien se ocupara de todo, que tomara las decisiones. Salvo la de estar ahí, se recordó. Eso seguía siendo decisión suya. Fueron al otro extremo de la habitación y se detuvieron delante de un sofá de respaldo bajo tapizado en cuero rojo. —Siéntate, Dylan —dijo Alec en voz baja, pero autoritaria. Ella accedió, sin cuestionarse nada. Por eso estaba ahí: para soltarse de una vez por todas. Para explorar esto. Alec se sentó a su lado y pasó un brazo por el respaldo del sofá. Lo notaba rozándole la nuca. Olía muy bien y tan solo ese olor la mareaba. —Nos dedicaremos a mirar un rato —le dijo con la cara muy cerca de la suya—. Quiero que te relajes, que lo absorbas todo como tú has dicho. Y mientras observas, controla tu respiración, mantenla lenta y regular. ¿Lo entiendes, Dylan? Ella asintió, absorta en la habitación y las figuras que se contoneaban. Ahora que sus ojos se habían ajustado a la oscuridad, veía mejor. —Dylan. —¿Qué? —Mírame.