Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 46

—Quedamos a las siete en el Wild Ginger en la Tercera. ¿Sabes dónde te digo? —Sí, lo conozco. —No llegues tarde. —Nunca llego tarde. Captó un deje de terquedad en su voz, pero no le estaba rebatiendo nada en ese momento. Él se recostó en la butaca frente a su mesa y notó cómo se le relajaban los músculos. —Y, Dylan, deberás ir vestida de negro. ¿Tienes algún vestido negro? —¿Y qué mujer no lo tiene? —¿Medias negras? ¿Y botas? —Por supuesto. Por el tono no distinguía cómo se tomaba eso de que le dieran órdenes, pero ya se ocuparía de eso más tarde. Ahora mismo no le importaba todo lo que debería. —Entonces nos vemos esta noche. Ella suspiró. —Está bien. De acuerdo. Sí; había algo de fuego en su interior, pero eso ya se lo esperaba. Disfrutaba de eso. —Hasta esta noche, pues. Colgó sin darle opción a responder. Sentía cómo empezaba ya la irritación, la lucha. La dejaría macerar durante el día y le permitiría también que se fuera tranquilizando sola. ¿O quizás estaría hecha una furia cuando la viera? Iría bien de cualquiera de las maneras. Parte de su tarea como dominante era provocarla y sacarle algún tipo de respuesta. Y si se iba a rebelar contra este proceso —algo que era habitual en ella— sería mejor abordar el problema lo antes posible. Seguro que disfrutaría de la pelea, de verla forcejear. Y aún se regodearía más del momento en que finalmente cediera. Era demasiado, quizá. Pero él también tendría que abordar el asunto. Tenía que sacarse esa sensación extraña de encima. Con Dylan. O con otra chica. Eso no importaba, ¿no? ¿Sí o no? Nunca antes había importado y ahora no iba a empezar a colgarse por una