Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 221

—¿Qué? Abrió los ojos. No estaba segura de haberlo oído bien en medio de la lluvia persistente, con el ruido que hacían las ruedas de los coches al pasar por encima del agua. —Te quiero. —Le dio otro pequeño tirón—. Por favor, di algo. La cara de Alec era un auténtico tormento, con los ojos ensombrecidos, inquietos. —Yo también te quiero, Alec. —¿De verdad? —Había venido a decírtelo. —Le estaban subiendo las lágrimas, se le abría el corazón, lleno de calor y alivio y un poco de pánico al pensar que no le había oído bien. —¿Estás segura? —Claro que lo estoy. No sé nada salvo que estoy segura. Alec la atrajo hacia él, abrazándola tan fuerte que ella apenas podía respirar. Pero, de hecho, estaba sin aliento, intentando digerir lo que le acababa de decir. Lo había dicho. ¡Le amaba! Ella enterró la cara en la chaqueta de cuero de Alec y aspiró ese aroma limpio y oscuro, el fuerte olor a tierra del cuero viejo junto con la lluvia. Estaba calada hasta los huesos. No le importaba. —¿Dylan? ¿Qué diablos es esto? —Alec le arrebató el casco de las manos. —Iba a pedirte que me llevaras a dar una vuelta. —¿Cómo? Dios, necesito que me lo expliques. Pero, antes, pongámonos a resguardo de la lluvia. Él le pasó un brazo por la cintura y la empujó hacia su casa, hacia el porche. Ella le siguió aturdida, con el corazón acelerado. Alec dejó el casco en una mesita de hierro forjado antes de poner las manos sobre sus hombros y atravesarla con esa mirada azul e incisiva. —Muy bien. Dime de qué va todo esto. Dijiste que no montarías en mi moto ni en un millón de años. —Alec, toda esa historia de tú y tu moto me tiene muerta de miedo. Y, cuando tuviste el accidente, cuando hablaste de ir a Baja con Dante… No lo pude