Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 220

Dieciséis Cuando llegó a casa de Alec, la lluvia caía con tanta fuerza que apenas podía ver. Se había dejado el paraguas en casa pero tampoco le importaba. Estaba precisamente donde tenía que estar. Cogió el casco de moto que se había parado a comprar de camino, se lo puso bajo el brazo y, agachando la cabeza, salió rápidamente a la acera donde chocó contra algo con un ruido fuerte. Tropezó y estuvo a punto de caer. Entonces, una mano la asió por el brazo, de forma firme y segura, y oyó la voz de Alec. —Dylan. ¿Te encuentras bien? ¿Qué haces aquí fuera? —¿Alec? He venido a buscarte. ¿Qué haces tú aquí fuera? —Iba a verte. Tengo que decirte algo importante. A pesar del aguacero, ella podía ver su mirada azul, brillante, seria, con esas cejas oscuras juntas. Tampoco llevaba paraguas y el pelo le goteaba. Tenía la cara empapada. Un escalofrío le recorrió el cuerpo. En parte por su presencia, con esas manos grandes sobre sus hombros. En parte porque no sabía qué quería decirle, si era bueno o malo. —Alec, yo también tengo algo que decirte. —Dylan, déjame decir esto. Él la cogió más fuerte, pero no era un gesto autoritario, solo necesitado. A Dylan la respiración se le encalló en los pulmones, con el cuerpo tenso, esperando que aquello llegara, fuera lo que fuera. —Dylan. —La zarandeó un poco y la mirada de ella se fijó en la de él, con el corazón acelerándose un poco más—. Dios, no me mires así. Como si fueras a llorar. Joder, lo siento. Ella sacudió la cabeza sin decir nada. ¿Qué podía decir? Mierda, estaba a punto de volver a llorar. —Dylan… El tremendo estrépito de un trueno hizo estremecer el cielo. Dylan se sentía como si hubiera salido de su propio cuerpo. Empezó a temblar. —Alec, por favor, dímelo de una vez. —Cerró los ojos, apretándolos con fuerza. —Dylan… Me estoy enamorando de ti.