Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 219

respecto. Fuera como fuese, tenía que hacerlo. Cogió el montacargas grande del almacén para bajar y le pareció que tardaba una eternidad, con los engranajes chirriando y el quejido del metal sobre el metal. Ya podía oler las aceras mojadas, el olor a rancio del viejo hormigón y la vieja madera del propio edificio. Los olores de años pasados, de la historia. Había dejado que demasiada parte de su vida pasara sin fijarse en nada. Había pasado por la vida a toda velocidad, ignorando la historia, la gente, la propia vida. Ya no. Su vida empezaba ahora. Para bien o para mal. El montacargas llegó a la planta baja y ella esperó con el corazón latiéndole en la garganta a que se abrieran las puertas. Finalmente se abrieron y se dirigió a la gran puerta que daba a la calle, la abrió y salió afuera. Hacia lo que la vida tuviera reservado para ella. Ya no huiría. No, ahora iba directa hacia ella.