Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 167

Ella era demasiado perfecta. Se sentía superado por eso: por su belleza, su predisposición, su confianza en él. Incluso más porque tenía cierta idea de lo duro que era aquello para ella. Dylan tenía su mirada fijada en sus ojos, dos puntos grises cristalinos, brillando bajo la luz tenue. Sentía que estaba justo allí con él, de un modo que ninguna otra mujer jamás lo había hecho. Y, mientras el placer aumentaba, cada vez más, recorriendo sus venas como un rayo, algo creció en su pecho. Puso sus manos en su cabello y sus dedos se perdieron entre los rizos salvajes de ella. Dylan cerró las piernas alrededor de su cintura, apretándole con los muslos rígidos. Alec notó que un escalofrío recorría el cuerpo de ella y su sexo se ponía tenso mientras se aferraba a él. —¡Alec! Dylan se corrió, temblando, aferrándose a los hombros de Alec, clavando las uñas en su carne. Y ese relámpago fluyó desde sus venas hasta su vientre, más abajo aún, hasta su verga. Alec explotó, con un orgasmo abrasador, quemándole, encendiéndole. Se quedó temblando una eternidad mientras se corría. Y cuando hubo terminado, la sostuvo fuerte entre sus brazos, con la cara enterrada en el cuello de ella. Dylan se sostenía en él, con esos brazos delgados alrededor de su cuello, sus pechos apretados contra el pecho de él. Su perfume le rodeaba, le subía a la cabeza. Esa sensación de oleada en el pecho no había desaparecido. Había crecido y se había extendido. «Para. Estás bien.