Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 158

tu casa. Él le sonreía, con esa sonrisa preciosa y malvada. Pero ella veía que él hablaba totalmente en serio. Le encantaba poder afectarle de ese modo. Que el deseo de él pareciera tan abrumador como el de ella. Siempre le había hecho sentir poderosa hacer poner de rodillas a un hombre, al menos, en sentido figurado. Pero con Alec era aún más intenso. Todo lo era. —¿Nos vamos antes de que te viole en el umbral? Él le sonreía, pero ella vio el destello de deseo en sus ojos, en su boca relajada. Alec violándola en el umbral no sonaba nada mal. Se sonrió y asintió. Alec le cogió la mano y la condujo hasta su enorme furgoneta negra, como un enorme monolito. El vehículo era Alec en estado puro: enorme, potente. Le abrió la puerta y le ayudó a entrar antes de ir al lado del conductor y hacer lo mismo. Entonces arrancó y el motor de la furgoneta se convirtió en un rugido apagado. —¿Cómo te sientes por ir al Pleasure Dome? —le preguntó Alec. —Excitada. Un poco nerviosa. Como si tuviera que actuar, a menos que me vayas a llevar a otro rincón oscuro. Pero tengo la impresión de que esta noche no se trata de eso. Y no me importa estar delante de otra gente. La idea es un poco excitante. Y un poco inquietante. Pero, de hecho, no sé qué tienes en mente. Él se volvió y le sonrió. —Y no tienes intención de decírmelo —dijo ella. —Claro que no. Ella sonrió y negó con la cabeza. —Forma parte de los motivos del dominante. —Sí. Totalmente. Y la incertidumbre forma parte de todo eso para ti. Sencillamente, tienes que confiar en mí. —Lo hago. —Bien. Muy bien. Porque esta noche voy a explorar nuevos terrenos contigo. Creo que estás a punto. —Ah… Él la miró, antes de dirigir la mirada otra vez a la carretera. Se le había