Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 151
cómo esto puede ser una experiencia recíproca si tú no tienes también algo que
aprender. Tiene que ser algo más que, sencillamente, tener el control, ejercer el
poder. Tiene que funcionar en ambos sentidos, ¿verdad? La parte inferior, la
sumisa, tiene algo que decir en todo este asunto. Y no quiero decir solamente el
poder en el sentido de la posibilidad que tiene la sumisa de detener la escena
utilizando una palabra de seguridad. He leído acerca de ello, pero no lo había
acabado de comprender hasta ahora.
Alec se quedó callado un momento. Entonces, dijo:
—Puedo decirte que no me hace feliz admitir que soy vulnerable en ningún
aspecto. Pero tienes razón. Sobre todo eso. Quizás es lo que me ha estado
reteniendo. Como dominante. En la vida, en general. No me gusta pensar
demasiado en todo eso. Me hace sentir terriblemente incómodo.
—¿Desafiar tus límites no forma parte del juego de BDSM? ¿Sacarte de tu
zona de comodidad?
—Oh, ahora mismo, estoy muy lejos de mi zona de comodidad.
—También yo.
—Sin embargo, estás aquí conmigo. Estás haciendo estas cosas, hablando
conmigo. Diciéndome cosas que no quieres.
Ella asintió.
—Sí. Y ni siquiera estoy segura del motivo. Quizás el juego de BDSM me
ha… abierto.
—Lo hace.
—Pero no contigo.
Él sonrió, pero no era una auténtica sonrisa, sino un gesto cínico, levantando
la comisura de los labios.
—Soy famoso por ser un controlador absoluto.
—Yo también, Alec.
Él la miró. No podía saber qué le pasaba por la cabeza. Tenía la mirada
sombría, reflexiva. Algo en él insinuaba peligro. Como si contuviera una rabia
lenta justo por debajo de la superficie. Quizás era solo su incomodidad por haber
descubierto que él también se había abierto.
—Formamos una extraña pareja —dijo él, con tono suave—. Pero bien
compenetrada. Ambos tenemos algo que nos impide explotar todo nuestro
potencial.