Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 97

Se quitó el gorro, se apartó el pelo de la cara y se quitó el abrigo. Miró alrededor y vio a Lucie sentada tras una larga barra de madera pintada de un blanco inmaculado. —Kara —la saludó su amiga con una sonrisa—, me alegro mucho de verte. —Lucie, rubia y bajita, salió de detrás de la barra y le dio un abrazo—. ¿Qué? ¿Qué te parece? Kara levantó la vista y se fijó en el techo abovedado, las paredes rosas y blancas y el par de vitrinas vintage en un acabado también blanco que flanqueaban tres canapés de respaldo bajo tapizados con terciopelo dorado. —Sé que esto de aquí no es muy espacioso —añadió—, pero la cocina que hay detrás es enorme. Puedo hornear cientos de magdalenas al día. Y también tengo capacidad para hacer pasteles de boda, que creo que me ayudará a asentarme. Es mucho mejor que intentar hacerlo todo en casa. —Es precioso —le dijo Kara acercándose a la barra y pasando la mano por la superficie lisa del mueble—. Has hecho un trabajo increíble. Me encanta la mezcla de las antigüedades dentro de un edificio industrial. Y ya sabes que no tengo ni idea de cocinas pero estoy segura de que es perfecta. Tus magdalenas son las mejores del mundo; creo que esto era exactamente lo que necesitabas para que el negocio despegara. Lucie sonrió encantada y sus ojos marrones brillaban al cogerle el abrigo a su amiga y dejarlo sobre la barra. —Estoy tan orgullosa… Me siento como una niña de guardería con su primer dib թ