Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 83
garganta.
No existía nada salvo el placer, la piel y sus extremidades enredadas. Y la sensación
creciendo segundo a segundo. Embestida a embestida.
Su polla era el punto central, pero le recorría todo el cuerpo: piel, músculo y hueso.
Cuando se corrió, vio como una luz brillante que lo inundaba todo y le deslumbraba,
haciéndole gritar.
—¡Kara!
No podía parar. Siguió empujando con las caderas. Y ella se incorporó para unirse a
él, una y otra vez. Y entonces empezó a gritar, jadeando, y diciendo su nombre entre
sollozos.
—Dante… Joder, Dante…
Él siguió moviéndose, arqueando las caderas, dentro de ella, una y otra vez. Ya
había terminado de correrse, pero quería entrar aún m