Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 63
Seis
Dante estaba en su nuevo despacho, mirando la pantalla del ordenador.
¿Realmente, le acababa de decir que no?
Encontrar a Kara en el bufete y descubrir que su nuevo trabajo era en el bufete donde
ella trabajaba le había cogido por sorpresa. Pero para él, había sido una sorpresa
agradable. El único problema había sido intentar que no se notara que su mente se
había llenado enseguida de fantasías en las que ella se inclinaba sobre su escritorio…
De acuerdo, trabajar con una mujer con la que se acostaba podía complicar las
cosas. Pero hasta entonces ella le había parecido una mujer lógica. No era el tipo de
mujer que se implicara totalmente de una forma emocional, aunque eso no significaba
que fuera fría. Ni mucho menos. Sin embargo, notaba en ella una independencia
parecida a la suya. Estaba seguro de que Kara podría arreglárselas para que las cosas
fueran informales entre ellos. Dante todavía pensaba que ella podría.
Habían practicado el sexo durante todo el fin de semana. En la cama, en la ducha,
sobre la alfombra de la salita… La había azotado, la había pellizcado, la había follado
tan fuerte que tenía la pelvis dolorida. Y todo aquello le había encantado. Jamás se
había mostrado necesitada, jamás le había pedido nada más. Él había sido quien había
sugerido que estuvieran en contacto, que se vieran esa semana. Así pues, ¿qué le
ocurría ahora?
Debía de ser por culpa del trabajo. Pero siempre que ambos estuvieran de acuerdo
en nada más que un poco de sexo entre amigos —de acuerdo, más que un poco—, no
tenía que haber ningún problema. Podían ser discretos. Aquello incluso podía
contribuir a mantener las cosas interesantes. )5