Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 17

Separó los labios y él le introdujo la lengua. Sabía a vino; una sensación líquida y dulce. Ella le devolvía el beso; su boca le acogía y le atraía aún más. Ella gimió en voz muy baja y eso le electrizó como si le hubiera dado un calambre. Siguió besándola, solo besándola, y se le puso tan dura como si ella le estuviera tocando; ella o su preciosa boca. «Madre mía.» Dante se apartó y ella se quedó inmóvil, con los ojos cerrados y los labios aún entreabiertos. Tenía los labios carnosos y ligeramente hinchados ahora por el beso. Quería volver a besarla pero tenía miedo de hacerlo y presionarla demasiado y demasiado rápido. Porque en verdad lo que quería era desnudarla, empujarla contra la pared del porche mismo e introducirse en ella. Quería hacer todas las cosas sucias que imaginaba en el instituto y unas cuantas más que había aprendido desde entonces. Él gimió. Kara abrió los ojos, parpadeando deprisa. —¿Dante? —Sí. ¿Tengo que disculparme? —No. Ha sido culpa mía tanto como tuya. —¿Y por qué tiene que ser culpa de alguien? —preguntó, para saber, para cerciorarse de que no se estaba imaginando que ella le deseaba también. —Tal vez no. Y otra vez esa dulce sonrisa. Madre mía, qué mujer. Se dio cuenta de que seguía tocándole la cara. Notaba la suavidad de