Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 147

universidad. Cuando decidí tomarme la vida más en serio. —El arte puede ser serio. ¿Quién te ha dicho que no lo es? Ella se le quedó mirando, parpadeó un par de veces; las emociones se reflejaban en sus facciones. —Pensaba que íbamos a cambiar de tema. —Sí, claro. —Le levantó una mano y le besó los nudillos—. Mira, haremos una cosa… Llevo toda la semana pensando en algo. Quiero llevarte otra vez al Pleasure Dome. —Me encantaría volver. —¿En serio? —¿Por qué se sentía como si fuera un cachorrillo inseguro que pedía su consentimiento y necesitaba que dijera que sí? —He estado dándole vueltas —dijo ella—; quería volver. Me gusta lo que pasa allí y la energía que hay. —La energía es increíble, sí. Todas esas personas en un mismo lugar, todos con un mismo objetivo. —Hay mucha sensualidad. Por mucha actividad… visual y gráfica que haya. Él asintió. Kara lo entendía a la perfección. —Sí, exactamente. —Quiero volver —repitió ella—. Contigo. Solo contigo, Dante. Se le hizo un nudo en el estómago, pero era una sensación sorprendentemente agradable. Era una tensión exquisita. Se dio cuenta de que era por la expectativa, las ganas. —Perfecto. Iremos mañana por la noche. Quería ir al club, pero no para distanciarse de ella —de eso se acababa de dar cuenta ahora— sino para estar más cerca. Eso también era una novedad para él. Había muchas cosas nuevas con Kara. Tantas que estaba algo aturdido. Era la misma sensación que tuvo cuando saltó desde ese acantilado en México, volando por el aire hacia el agua; preguntándose si sobreviviría o si se ahogaría. Ahora mismo se estaba ahogando. Y también volaba. Fuera como fuese, se estrellaría de un momento a otro, aunque no sabía si sería con un fuerte impacto en el agua o con un estruendo demoledor en el suelo. No obstante, por vez primera, estaba dispuesto a correr ese riesgo.