Literatura BDSM El Límite de La Tentación ( Eve Berlin ) | Page 106

mientras se corría, su sexo le apretaba el pene como un puño cálido y sedoso. Al poco llegó él al orgasmo entre gritos, follándola más fuerte que nunca. Necesitaba que fuera así, animal y primitivo. Le temblaban las piernas y tuvo que retirarse para poder dejarla a ella en el suelo. Mischa tenía las mejillas encendidas y le sobresalía un pecho por el vestido, cuyo pezón seguía teñido de un tono rojizo por la excitación. Se lo acarició y notó cómo se estremecía. Cuando volvió a mirar su rostro reparó en sus ojos, que eran de un azul increíblemente brillante por el orgasmo que acababa de sentir. Le costaba respirar igual que a él. —Bueno —dijo ella al cabo de un momento—. Bienvenido a casa. Y se dio cuenta de que era cierto, era como si estuviera en casa. Estar con ella, dentro de ella. «No pienses eso.» No podía parar. «Me he metido en un buen lío.» Tampoco quería pensar en eso de modo que le sonrió. —¿Lista para ir a cenar? Ella se echó a reír. —Creo que antes me lavaré un poco. Y me cambiaré las braguitas. Bueno, de hecho ya no las llevaba. —Lávate pero nada de braguitas —le dijo él. La obligó. Ella le respondió con un gesto burlón antes de darse la vuelta e irse al baño. Pero a él le daba igual que