Juan Abreu
Diosa
De: [email protected]
Para: [email protected]
Enviado: Domingo, enero 19, 2003, 19:50
Sumisa Laura, la demanda ha quedado satisfecha y el tiempo
de espera ha llegado a su fin. Contemplo el papel y tu retrato aflora,
exquisito. Sólo es una representación, pero gracias a ti, cobrará vida.
¿De qué sirve la vida si no dejamos huellas? Y no me refiero, como
podrás imaginar, a la vana aspiración del artista cuyas obras tarde o
temprano se diluirán en el tiempo y el Caos. Me refiero a la huella que
dejaremos en las almas de los que accedan a la obra, a la medida,
por ínfima que sea, en que sus vidas cambiarán al contacto con
nuestro trabajo. Sí, nuestro. Maestro y Discípula se hermanan en la
obra y dan lugar a una perfecta simbiosis en la que se tornan
indistinguibles.
Ha llegado el momento.
Mi viejo corazón se alegra por nosotros.
He convocado a algunos amigos a nuestra sesión. Se han
alegrado mucho, pues pensaban que las reuniones que
organizábamos con Sumisas tiempo atrás habían terminado para
siempre.
Es necesario que tengas un público educado y sensible a la
hora de convertirte en obra de arte, en diosa; y lo tendrás.
Le escribiré a tu Amo para dejarle saber el lugar y la hora de la
cita.
Maestro Yuko
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