Literatura BDSM Diosa ( Juan Abreu ) | Page 38

Juan Abreu Diosa Exaltada, nerviosa, especial. Feliz. Fueron unas horas ricas, diferentes, en compañía de Amo. Gracias, Maestro. ¿Lo diré? Terminé la cena muy mojada. Amo lo notó, y me dio instrucciones que agradecí. Al día siguiente llevé los restos a la oficina y cumplí estrictamente con sus indicaciones. No me importó en absoluto lo que dijeron algunas compañeras con las que suelo reunirme a comer. Quería provocar, encontraba poder en ello. La situación fue, en cierto sentido, mejor de lo que imaginó mi Maestro. Porque no comimos en la empresa, fuimos a un restaurante cercano. Allí, ante el asombro de mis compañeras que no daban crédito a sus ojos, y el escándalo del camarero, saqué mis insectos y los devoré ansiosa. ¡Sabían aún mejor que el día anterior! Los acompañé con una copa de vino blanco. No sé cómo contarle lo sucedido a continuación, Maestro. Lo haré de la manera más directa posible. Ábrete, ha pedido mi Maestro. Obedezco. En fin; de regreso a la oficina, estaba tan caliente por lo sucedido que cerré la puerta y me masturbé. Lo deseaba mucho. Después me sentí bien. Relajada. Realizada. Es la primera vez que lo hago en la oficina. ¿Por qué, Maestro, me excité tanto? ¿Son los escorpiones, o las hormigas, afrodisiacos? ¿Fue a causa de la obediencia? ¿Fue el placer de acatar sus órdenes? Olvidé dar respuesta a una de sus preguntas: los labios de mi vagina son grandes, copiosos. En cierta época estuve avergonzada de ellos. Pensaba que daban a mi sexo un aspecto monstruoso. Ya no. Por favor, Maestro, no me deje sola con mis dudas. Sumisa Laura Página 38