Literatura BDSM Diosa ( Juan Abreu ) | Page 18

Juan Abreu Diosa A través de la puerta del comedor distinguía la pecera: en ella, las carpas refulgían como joyas. Como sobrevivientes de épocas ceremoniales y prohibidas. Se respiraba un aire de frontera. Entonces, Rodrigo se incorporó en el sofá y dijo que sería divertido poner un mensaje en Internet solicitando un Maestro que quisiera tomarme como alumna. Un Maestro, un Guía. Un Entrenador. Rodrigo sería mi Amo, es decir, mi dueño máximo. El que tiene poder para ofrecerme o no, el que decide cuáles son los límites de mi entrega, el que regula el acceso físico a mi persona. El que determina lo que hago y lo que no hago, el que establece cuán largo y accidentado será mi aprendizaje. Y el Amo ordenaba buscar un Maestro experto que me convirtiera en una verdadera Sumisa. Un Amo de Amos. Accedí. Durante varios días trabajé en el mensaje. Pulí, luché con las frases. Tenía que ser un mensaje donde expusiera mis virtudes y mi determinación. Un mensaje atrayente. Pero me paralizaba la vergüenza. Por fin, una noche, a medias satisfecha con el texto, lo coloqué en una página de anuncios. Días después, el mensaje obtuvo respuesta. Página 18