LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 68

EL LIBRO DE ENOC «Yo consolidaré tu linaje ante mí para siempre, diseminaré a los que viven contigo y no será estéril, sino será bendecida y multiplicada sobre la superficie de la tierra en el nombre del Señor». Él encarcelará a los Vigilantes que han demostrado injusticia, en este valle ardiente que antes me había mostrado mi abuelo Enoc en el occidente, cerca de las montañas de oro, plata, hierro, estaño y plomo. Vi ese valle donde había gran perturbación y agitación de aguas. Cuando todo esto ocurrió, de aquel ardiente metal fundido y desde la agitación, en ese lugar se produjo un olor a azufre y se mezcló con las aguas y ese valle donde estaban los Vigilantes que habían seducido a la humanidad, arde bajo la tierra. De sus valles salen ríos de fuego donde son castigados esos Vigilantes que han seducido a quienes habitan sobre la tierra. Esas aguas servirán en estos días a los reyes, a los poderosos y a los dignatarios y a aquellos que habitan sobre la tierra, para salud del cuerpo y para castigo del espíritu, pero su espíritu está lleno de codicia y su carne será castigada porque han rechazado al Señor de los espíritus. Serán castigados diariamente y aun así no creerán en el Señor de los espíritus. Tanto como su cuerpo es quemado severamente, se produce un cambio en su espíritu por los siglos de los siglos, porque nadie profiere una palabra vana ante el Señor de los espíritus. Porque el juicio vendrá sobre ellos a causa de que ellos creen en el deseo de su carne y rechazan al Espíritu del Señor. En esos días hubo en esas aguas un cambio, pues cuando los Vigilantes son castigados en ellas las fuentes de agua cambian de temperatura, y cuando los ángeles suben las aguas se vuelven frías. Oí a Miguel hablar y decir: «Este juicio en el que los Vigilantes son sentenciados es un testimonio para los reyes y los poderosos que dominan la tierra; (2P 2:4) 68