LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 46

EL LIBRO DE ENOC estará llena de bendición; sus labios glorificarán el nombre del Señor de los espíritus; y la justicia y la verdad no fallarán ante él. Yo deseaba vivir allí y mi espíritu anhelaba esa morada: esa era desde antes mi herencia, tal y como había sido establecida para mí ante el Señor de los espíritus. En esos días alabé y ensalcé el nombre del Señor de los espíritus con bendiciones y alabanzas porque Él me ha destinado para la bendición y la gloria de acuerdo con el buen parecer del Señor de los espíritus. Por mucho tiempo mis ojos observaron ese lugar y lo bendije a Él y lo alabé diciendo: “Bendito es Él y bendito sea desde el principio y para siempre”. Ante Él no hay renuncia; Él sabe desde antes de que el mundo fuera creado qué es para siempre y qué será de generación en generación. Aquellos que no duermen te bendicen; ellos están ante tu Gloria y bendicen, alaban y ensalzan diciendo: «Santo, Santo, santo es el Señor de los espíritus, Él llena la tierra con espíritus». Mis ojos vieron allá a todos aquellos que no duermen, bendiciendo y diciendo: «Bendito seas tú y bendito sea el nombre del Señor de los espíritus por los siglos de los siglos». Mi rostro fue cambiado y no podía sostener la mirada. Capítulo 40 Después de eso vi miles de miles y miríadas, vi una multitud innumerable e incalculable, que se sostiene ante el Señor de los espíritus. Y sobre los cuatro costados del Señor de los espíritus vi cuatro presencias diferentes de aquellos que no duermen y aprendí sus nombres porque el ángel que va conmigo me los dio a conocer y me mostró todas las cosas ocultas. 46