LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 38

EL LIBRO DE ENOC Y él me contestó diciendo: “Esta montaña alta que has visto y cuya cima es como el trono de Dios, es su trono, donde se sentará el Gran Santo, el Señor de Gloria, el Rey Eterno, cuando descienda a visitar la tierra con bondad”. “No se permite que ningún ser de carne toque este árbol aromático, hasta el gran juicio cuando Él se vengará de todo y llevará todas las cosas a su consumación para siempre, pero entonces será dado a los justos y a los humildes”. “Su fruto servirá como alimento a los elegidos y será transplantado al lugar santo, al templo del Señor, el Rey Eterno”. Entonces ellos se regocijarán y estarán alegres; entrarán en el lugar santo y la fragancia penetrará sus huesos; y ellos vivirán una larga vida, tal y como la que sus antepasados vivieron. En sus días no los tocará ningún sufrimiento ni plaga ni tormento ni calamidad». Entonces bendije al Dios de la Gloria, al Rey Eterno, porque había preparado tales cosas para los humanos, para los justos. Estas cosas Él las ha creado y ha prometido dárselas. Capítulo 26 Fui trasladado desde allí hasta el centro de la tierra y vi un lugar bendito en el cual había árboles cuyas ramas brotaban permanentemente. Allí me fue mostrada una montaña santa y salía agua de debajo de la montaña, desde el oriente y descendiendo hacia el sur. Y vi al oriente otra montaña más alta que aquella y entre ellas un cañón profundo y angosto por el que corría el agua que salía de la montaña. Y al occidente otra montaña, más baja que la anterior, poco elevada, y por debajo, entre las dos, una hondonada profunda y seca, y otra hondonada entre las tres montañas. 38