LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 35

EL LIBRO DE ENOC Esta cantidad de estrellas de los cielos son las que han transgredido el mandamiento del Señor y han sido encadenadas aquí hasta que pasen diez mil años, el tiempo impuesto según sus pecados. Desde allí pasé a otro lugar más terrible que el anterior y vi algo horrible: había allá un gran fuego ardiendo y flameando y el lugar tenía grietas hasta el abismo, llenas de columnas descendentes de fuego, pero no pude ver ni sus dimensiones ni su magnitud ni haría conjeturas. Entonces dije: «¡Qué espantoso y terrible es mirar este lugar!». Contestándome, Uriel el Vigilante y el Santo, que estaba conmigo me dijo: «Enoc ¿por qué estás tan atemorizado y espantado?». Le respondí: «Es por este lugar terrible y por el espectáculo del sufrimiento». Y él me dijo: «Este sitio es la prisión de los ángeles y aquí estarán prisioneros por siempre». Capítulo 22 Desde allí fui a otra parte, a una montaña de roca dura; había ahí cuatro pozos profundos, anchos y muy lisos. Y dije: «¡Qué lisos son estos huecos y qué profundos y oscuros se ven!». En ese momento, Rafael el Vigilante y el Santo, que estaba conmigo, me respondió diciendo: “Estas cavidades han sido creadas con el siguiente propósito; que los espíritus de las almas de los muertos puedan reunirse y que todas las almas de los hijos de los hombres se reúnan ahí. Así pues esos son los pozos que les servirán de cárcel; (Sal 68:19; Ef 4:9; 1P 3:19,20) “Están hechos para tal cosa, hasta el día en que sean juzgados hasta momento del gran juicio que se les hará el último día». Vi allí al espíritu de un hombre muerto acusando, y su lamento subía hasta el cielo, gritando y acusando. 35