LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 27
EL LIBRO DE ENOC
Luego, Enoc se fue y le dijo a ’Asa’el: “No habrá paz para ti, contra ti ha
sido pronunciado un gran juicio para encadenarte.
“No habrá para ti ni tregua ni intercesión, porque has enseñado la
injusticia y a causa de todas las obras de impiedad, violencia y pecado
que has enseñado a los humanos.
Y avanzando les hablé a todos ellos y todos temieron y se espantaron y
el temblor se apoderó de ellos.
Me suplicaron que elevara una petición por ellos para que pudieran
encontrar perdón por sus pecados y que la leyera en presencia del Señor
del cielo.
Porque desde entonces ellos no pueden hablar a Dios ni levantar sus ojos
al cielo, debido a la vergüenza por los crímenes por los cuales fueron
condenados.
Entonces escribí su oración con todas sus peticiones por sus almas y por
cada una de sus obras y por lo que suplicaban todos, que hubiera para
ellos perdón y larga vida.
Fui y me senté junto a las aguas de Dan, en la tierra de Dan, al sur del
Hermonín, a su lado occidental y estuve leyendo el libro donde anoté sus
peticiones, hasta que me dormí.
He aquí que me vinieron sueños y cayeron sobre mí visiones hasta que
levanté mis párpados a las puertas del palacio del cielo y vi una visión del
rigor del castigo. Y vino una voz y me dijo: «Habla a los hijos del cielo
para reprenderles».
Cuando desperté fui a ellos. Todos estaban reunidos juntos y sentados
llorando, en la Fuente del Llanto que está entre el Líbano y Senir, con los
rostros cubiertos.
Conté delante de ellos todas las visiones que había visto en sueños y me
puse a hablar con palabras de justicia y de visión y a reprender a los
Vigilantes celestiales.
27