LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 109
EL LIBRO DE ENOC
a todas las estrellas cuyo miembro sexual era como el de los caballos, y
ellos las llevaron a todas ante Él.
Luego, Él habló al hombre que escribía ante Él, uno de los siete hombres
blancos, y le dijo: «Toma esos setenta pastores a quienes había
encomendado las ovejas y que después de haberlas recibido degollaron
a muchas más de las que se les había mandado».
He aquí que los vi a todos encadenados y todos se postraron ante Él.
El juicio recayó en primer lugar sobre las estrellas y ellas fueron juzgadas,
encontradas culpables y enviadas al lugar de condenación, fueron
arrojadas a un abismo llenos de fuego, llamas y columnas de fuego. (Os
4:1-8)
Entonces los setenta pastores fueron juzgados, encontrados culpables y
arrojados al abismo ardiente.
Vi en ese momento como un precipicio que se estaba abriendo en medio
de la tierra. Llevaron a aquellas ovejas ciegas hasta allí y todas fueron
juzgadas y encontradas culpables y arrojadas al abismo en semejante
abismo de fuego y ellas ardieron en ese precipicio que estaba a la
derecha de esa casa.
Vi arder a esas ovejas y sus huesos también ardían.
Me levanté para ver como Él desarmó esa vieja casa, se llevó todas sus
columnas, vigas y adornos de la casa que fueron retirados al mismo
tiempo, y se los llevaron y los pusieron en un lugar al sur de la tierra.
Vi cuando el Señor de las ovejas trajo una nueva casa, más grande y alta
que la primera y Él la puso en el sitio de la primera que había sido
desarmada. Y todas sus columnas eran nuevas y sus adornos eran
nuevos y mayores que los de la primera, la casa vieja que se había
llevado. Todas las ovejas estaban adentro. (Es 6:14-15; Ez 40:2; Ap
21:10-11)
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