LIBRO DE ENOC - EDICIÓN ESPECIAL El libro de Enoc | Page 102
EL LIBRO DE ENOC
Entonces miré y he aquí que el Señor del rebaño se alzó frente al rebaño
y su apariencia era potente, grandiosa y terrible y todo el rebaño lo vio y
tuvo miedo de Él.
Todas estaban asustadas y temblando ante Él y le gritaron al cordero que
era su segundo y que estaba en medio de ellas: «Nosotras no podemos
estar delante del Señor».
Entonces se volvió el cordero que las guiaba y subió por segunda vez a
la cima de aquella roca. Pero el rebaño comenzó a cegarse y a apartarse
del camino que les había señalado, sin que el cordero supiera tales
cosas.
El Señor del rebaño se enfureció mucho contra el rebaño, el cordero lo
supo y descendió de la cima de aquella roca y vino al rebaño y encontró
a la mayoría cegadas y extraviadas.
Cuando lo vieron comenzaron a atemorizarse delante de Él, queriendo
volver a sus rediles. (Ex 32:27-28)
El cordero tomó con él a otras ovejas y vino al rebaño, degollaron a todas
las extraviadas y comenzaron a temblar ante Él. Entonces ese cordero
hizo regresar a sus rediles a todo el rebaño extraviado.
Continué viendo este sueño hasta que este cordero se transformó en
hombre, construyó un campamento para el Señor del rebaño y llevó a
todo el rebaño a este campamento. (Ex 33:7-11, 40)
Seguí mirando hasta que se durmió esa oveja que se había unido al
cordero que dirigía a las ovejas. Observé hasta que todas las ovejas
mayores hubieron perecido y se levantaron en su lugar unas menores y
ellas entraron en un pastizal y se acercaron a un río.
Después la oveja que los guiaba y que se había convertido en hombre,
fue separada de ellas, se durmió y todas las ovejas la buscaron y lloraron
por ella con grandes lamentos.
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