Lucas, por su parte, nos invita a misericordioso». Desde su corazón de
hacer nuestro el canto de María, para madre, María capta como nadie la ternura
dejarnos guiar por su espíritu hacia Jesús: de Dios Padre y Madre, y nos introduce en
María comienza proclamando la grandeza el núcleo del mensaje de Jesús: Dios es
de Dios: «mi espíritu se alegra en Dios, mi amor compasivo.
salvador, porque ha mirado la humillación María proclama también al Dios de
de su esclava». María es feliz porque Dios los pobres porque «derriba del trono a los
ha puesto su mirada en su pequeñez. Así es poderosos» y los deja sin poder para
Dios con los sencillos. María lo canta con seguir oprimiendo; por el contrario,
el mismo gozo con que bendice Jesús al «enaltece a los humildes» para que
Padre, porque se oculta a «sabios y recobren su dignidad. A los ricos les
entendidos» y se revela a «los sencillos». reclama lo robado a los pobres y «los
La fe de María en el Dios de los pequeños despide vacíos»; por el contrario, a los
nos hace sintonizar con Jesús. hambrientos «los colma de bienes» para
María
proclama
Dios que disfruten de una vida más humana. Lo
«Poderoso» porque «su misericordia mismo gritaba Jesús: «los últimos serán
llega a sus fieles de generación en los primeros». María nos lleva a acoger la
generación». Dios pone su poder al Buena Noticia de Jesús: Dios es de los
servicio de la compasión. Su misericordia pobres. María nos enseña como nadie a
acompaña a todas las generaciones. Lo seguir a Jesús, anunciando al Dios de la
mismo es compasión, trabajando por un mundo más
misericordioso con todos. Por eso dice a fraterno y confiando en el Padre de los
sus discípulos de todos los tiempos: «sed pequeños.
predica
Jesús:
al
Dios
misericordiosos como vuestro Padre es