tuvo compasión de él”. Jesús le dice: “Vete y haz tú Para comprender bien la compasión de Jesús
lo mismo”. Ahora sabemos lo que hemos de hacer: hemos de diferenciar tres elementos. En un primer
no “dar rodeos” ante nadie que esté sufriendo, abrir momento, por decirlo así, Jesús interioriza el
los ojos, mirar atentamente a tantos hombres y sufrimiento ajeno, deje que penetre en sus
mujeres golpeados, entrañas: lo hace suyo, deja que le duela a él. En un
abandonados en los mil caminos de la vida. segundo momento, ese sufrimiento interiorizado
Acercarnos a la cuneta, levantar a los heridos, vivir provoca en él una reacción, se convierte en un
curando a los que sufren. punto de partida de un comportamiento activo y
asaltados,
robados,
Hemos de entender bien a Jesús. La compasión responsable; viene a ser un principio de acción, un
no ha de quedar reducida a un sentimiento de estilo de vivir. Por último, ese estilo de vida se va
nuestro corazón. No consiste en hacer de vez en concretando en compromisos y gestos, orientados
cuando una “obra de misericordia”. Para evitar a erradicar el sufrimiento o, al menos, a aliviarlo.
malentendidos y reduccionismos falsos hemos de Este estilo de vivir es lo primero en un seguidor
entender la compasión como un principio que está de Jesús. Nada hay más importante. Tendremos
en el origen de toda nuestra actuación, que imprime que hacer muchas cosas en la vida, pero la
una dirección a todo nuestro ser y que va compasión ha de estar en el trasfondo de todo.
configurando nuestro estilo de vivir al servicio de Nada puede justificar nuestra indiferencia ante el
los que sufren (Ver J. Sobrino, El principio- sufrimiento ajeno. La compasión ha de configurar
misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos nuestro estilo de vivir: nuestra manera de entender
crucificados, Sal Terrae, Santander 1992, 31-45). los acontecimientos y de mirar a las personas;
nuestra manera de relacionarnos y de convivir con
los demás; nuestra forma de seguir radicalm ente a
Jesús.